(9-9-2015).- Vanessa Daroch tiene un “don” más lucrativo que la educación, es “la mensajera” que asegura comunicarse con los muertos, es decir, con personas que no tienen la capacidad para conversar con alguien que está en un estudio de TV. Se ha vuelto un fenómeno, marca rating, su agenda está saturada, y los medios avalan su engaño jugando cruelmente con las emociones de la gente.
Su característica tan especial no la tenía ni Buda, Jesucristo, o los Beatles. Ella se acerca al nivel de deidades de mitologías como la griega. Deberían escribirle una biblia. Curiosamente, le encanta la tele, entró a concursar en “Psíquicos” de CHV, hizo “Aló Vanessa” en Telecanal, participó en “Me Late” de UCV, y ahora es una figura importante para el matinal de Mega. Siempre disponible para hablar sobre el futuro de famosillos o del tema que le pidan en los medios. Qué espiritual. ¡Recientemente se conectó con Cerati desde UCV!
¿Cuánto cobrará? Por ahí dijeron que 100 mil pesos por persona, probablemente sea ese el valor como mínimo. Por supuesto que tiene el derecho a una remuneración en una sociedad como la nuestra, pues ni la deep web o la mejor compañía de celular te comunica con ‘el otro mundo’; pero cobrar esa cantidad en un país tan pobre e ignorante por un don obtenido por gracia divina, da para al menos plantearse el tema.
Ella NO tiene el don, es solo un invento que nos creímos gracias a la televisión. Estamos desesperados, sufrimos un severo desequilibrio mental, las emociones se apoderan de cualquier pensamiento lógico, creemos que una mujer en la tele es capaz de romper las leyes de la física y que va solucionar nuestros problemas más íntimos. Una lástima. No están exentos los comunicadores de televisión que deberían tener un poco más de ‘chispeza’.
Podrá ser embaucadora, pero sí muy inteligente desde cierta perspectiva. ¿Cómo lo hace? Sin duda que prepara un dosier de los famosos antes, por ejemplo, si buscan en Google sobre la madre de Luis Jara, sabrán que fue sepultada vestida de novia, entonces «la médium» va y le dice algo tan absurdo como que su madre está bailando en el estudio vestida de novia. “Hijo, yo tampoco sabía” es otro de los mensajes, pues encontró en internet que Luis Jara cantó una canción llamada “No sabía” en su funeral. El conductor se impresiona por alguna que le salga bien a Daroch y le transmite esa sensación al crédulo público.
También entrega lecturas en frío acorde a su observación en vivo, como cuando se le dice a una persona vestida de negro que le gusta ese color al sacarle un arcano mayor en el tarot. Son trucos de feria que Daroch ejecuta de buena manera. Se aprovecha de que nuestro cerebro tiende a ver demasiadas cosas en las vagas generalizaciones. Ahí llegamos al efecto Forer, es más fácil de lo que creen que nos hablen desde “el más allá”.
El efecto Forer ocurre cuando estos “psíquicos” dan altos índices de acierto a descripciones para alguna personalidad en específico, pero en realidad son generalidades y suficientemente inexactas como para poder ser aplicadas a un amplio espectro de gente. Existen variados estudios que hablan del efecto, psicólogos serios lo han corroborado, lo que se contrapone a “la mensajera”, quien afirma que a ella le derivan pacientes de consultas psicológicas (lo que habla pésimos de esos profesionales).
Vanessa Daroch va desenvolviendo su discurso por medio de hechos difusos, entrega una declaración aparentemente verdadera expresada de tal modo que deja mucho que especificar. Por ejemplo: “Veo una conexión con América del Sur, posiblemente Argentina… o podría ser un continente más lejano ¿Europa?”. Te pueden decir lo que sea y nuestro afán de proyección le encontrará significado a todo aquello que no lo tiene. A Luis Jara le dijeron: “No sé si tú viajas pronto, pero ella (su mamá) dice que te espera sentada en la playa”, a él no le hacía ningún sentido, pero luego dijo “puede ser porque mi madre nació cerca del mar”.
En estos procesos de adivinación están implicados otros efectos psicológicos, por ejemplo, tenemos una memoria selectiva, es decir, nos acordamos únicamente de los aciertos, nadie se acuerda de las innumerables veces en que estos seres con capacidades extraordinarias no han acertado.
“Psíquicos” de CHV ayudó a cimentarle el camino a estos personajes. Allí los participantes realizaban ejercicios que no estaban controlados, eran ayudados de diversas maneras, el resto lo hacían las estadísticas del azar, y la edición. Solo era un programa de entretención, un estelar en ese canal necesitaba un mínimo de credibilidad, sería un fracaso si nadie adivinaba o al menos no dejaban alguna sensación relativa a lo paranormal al público ¿Quién auspiciaría un programa lleno de chantas?
Nuestra sociedad respeta demasiado estos “conocimientos”, los cuales no saben de ciencia y llevan a poner nuestra salud y dinero en manos que no merecen confianza. Deseamos que las cosas sean simples, nos da miedo la muerte a diferencia de otras culturas, no queremos que ese proceso tome mucho tiempo y necesitamos consuelo.
Siempre es popular el “X persona te acompaña, dice que está muy bien, que está orgulloso(a) de ti”. Cualquier medio de comunicación serio que se precie de tal, de tener una editorial, no debería darle cabida a estas personas. Es un insulto a la inteligencia humana. Sin embargo, una “médium” en la tele no nos estafa, somos nosotros mismos los que nos engañamos y no queremos ver la realidad.
(Se le pedió entrevista vía mail para que aclare su magia, no contestó)
Lectura obligatoria: «An Honest Liar» el documental biográfico del genio James Randi, quien paga un millón de dólares al que demuestre tener algún tipo de poder paranormal:
«No creas nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; créelo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia» Buda Gautama.
«Ridícula sin vergüenza!» Mark Twain.
Por Ignacio Gac
Fuente: tvcompartida.wordpress.com
EL TEMPLO DE LA LUZ INTERIOR 