
Existe una iglesia dedicada al arcángel Miguel en un lugar que se llama Charetos, en la ciudad de Frigia, bastante cerca de Hieropolis, Grecia. Construyeron la iglesia encima de una fuente milagrosa.
Un habitante de la ciudad de Laodicea construyó esta iglesia para dar gracias a Díos por haber curado a su hija muda. San Miguel se apareció a este hombre a través de un sueño y le reveló que su hija recibiría el don de la voz después de beber agua de la fuente milagrosa. La chica fue curada y empezó a hablar.
Después de este milagro bautizaron a toda la familia. El padre construyó la iglesia para demostrar su gratitud y honrar el Santo Comandante Arcángel Miguel. Mucha gente empezó a llegar para ser curados de sus enfermedades, incluyendo los cristianos y paganos a la vez. Muchos paganos se convirtieron a la fe cristiana y rechazaron la adoración de ídolos.
Un hombre muy piadoso que se llamaba Archipo sirvió en esta iglesia del Santo Comandante Miguel por 60 años como el guardián. Su fe, sus sermones, y su ejemplo convirtieron a muchos paganos. Otros paganos querían matar a Archipo para evitar que otras personas vinieran a este lugar sagrado.
Para poner en riesgo la vida de Archipo hicieron una confluencia de los ríos de Lykokaperos y Kufos. Desviaron el flujo de los ríos hacia la iglesia buscando destruirla y matar a Archipo.
Él oraba fervorosamente al Comandante Miguel que alejara el peligro. A través de su oración el arcángel Miguel apareció en el templo. Con su bastón abrió una fisura ancha en una piedra y mando el flujo de los ríos entrar en la piedra. El templo quedó intacto.
Los paganos huyeron cuando vieron este gran milagro. Archipo y los cristianos se reunieron en la iglesia para glorificar a Dios y para dar gracias al Arcángel Miguel. El sitio donde los ríos entraron en la piedra se llama «Chonae» que significa «zambullirse».