Pocas películas han sido tan exitosas como «The Exorcist», que allá por 1973 revolucionó el cine de terror, y que no sólo hizo estallar las taquillas de todo el mundo, sino que además recibió una buena cantidad de premios, comenzando por las diez nominaciones al Oscar, de las cuales dos se convirtieron en premio. Y aunque a lo largo de los años se han hecho cuatro continuaciones de la historia original, en los últimos tiempos el tema del exorcismo ha regresado con insistencia a la pantalla grande, sin dudas debido al interés que siempre muestra el público sobre el intrigante tema.
Si bien no faltan quienes explican este resurgir debido a la popularidad del género fantástico que ha multiplicado por decenas las películas con zombies, vampiros y hombres lobo, en realidad ninguno de estos filmes lidian con situaciones reales. Sin embargo, lo que vuelve a los filmes sobre exorcismo sencillamente irresistibles, es que se trata de una práctica que continúa hasta nuestros días, y que en los últimos tiempos, incluso ha ganado popularidad. Aunque tal como se muestra en «The Rite», el film sobre el tema que recién se ha estrenado en las pantallas de todo el país, su práctica real poco tiene que ver con lo que aprendimos mirando las películas de Blair en la década del 70. En el nuevo film, Anthony Hopkins, un exorcista, le pregunta a Colin O’Donoghue, un seminarista que acaba de presenciar el trabajo del sacerdote: «¿Acaso esperabas que la cabeza de la chica comenzara a dar vueltas?».
Es que a diferencia de todas las películas anteriores, el film del sueco Mikael Halfstrom está basado en las experiencias de un cura norteamericano, el padre Gary Thomas, quien hoy en dia es uno de los pocos exorcistas autorizados por la Iglesia Católica para ejercer esa práctica en nuestro país. Todo surgió cuando el periodista Matt Baglio lo conoció en Roma, cuando estaba investigando un artículo sobre el tema. El encuentro le resultó tan fascinante que decidió escribir un libro, «The Rite: the Making of a Modern Exorcism» que detalla las experiencias de Thomas en la capital italiana, donde durante su entrenamiento a manos de un experimentado cura local presenció cerca de ochenta exorcismos. El libro ha sido la base para la película, aunque tal como explica el propio Halfstrom, a la hora de escribir el guión no faltaron libertades creativas: «las escenas con los sapos, la gente que vomita clavos y el rostro de piedra de los poseidos son claramente momentos fantásticos», explica.
El propio padre Gary, quien asistió a Hopkins en su preparación para la película, concedió entrevistas en Los Angeles durante la presentación del film, en las que explicó: «Yo creo en el diablo y en las posesiones, pero las reacciones que vi en mis pacientes durante los exorcismos fueron más extremas de lo que yo me había imaginado. De todos modos, no temo enfrentar a alguien a quien se le ha pegado un demonio. En realidad, Dios es el poder supremo. Es algo que nunca puedo olvidar, porque no son adversarios de la misma estatura».
Gary, quien trabaja en su diócesis asistido por un médico, un psicólogo y un psiquiatra para identificar aquellos casos que no responden a la posesión sino a la enfermedad mental, sostiene que lo que determina que el diablo ha metido la cola son las conductas que no tienen una explicación lógica, como dominar de pronto un lenguaje que la persona no ha estudiado, el saber secretos que nadie les ha contado, una fortaleza inusual y un rechazo a los objetos sagrados, especialmente los crucifijos.
«De todos modos, el exorcista es por sobre todas las cosas un escéptico. Sólo se recurre a los ritos cuando todo lo demás ha fallado, ya que en la gran mayoría de las casos, se trata de problemas mentales», dijo.
Fuente: El Periódico USA