¿Puede una mujer quedar fecundada por un íncubo?

¿Es posible que una mujer pudiese quedar fecundada por un íncubo?, se preguntaron los teólogos durante siglos.

Miguel Psellos, en su obra De Daemonibus, afirmó: «Si los demonios eyaculan semen, a éste le falta, como al cuerpo de quien procede, tanto calor que nada puede ser más incapaz y menos apto para la procreación».

Nicolás Rémy, autor de Daemonolatreiae libri tres, estaba de acuerdo respecto a la imposibilidad de que el demonio utilice semen de un cuerpo para fecundar: «Tampoco es posible que un demonio, actuando como súcubo, pueda obtener semen de un hombre vivo, ya que la vagina de un súcubo es fría como el hielo, y no puede, por tanto, estimular suficientemente el sistema nervioso del hombre, cosa necesaria para lograr una eyaculación».

Thomas Malvenda, sin embargo, manifestó en De Antichristo: «Para los demonios es muy fácil procurarse dicho semen, pues no tiene más que elegir hombres ardientes y robustos cuyo semen, por naturaleza, es muy copioso, y con los cuales tienen, como súcubos, comercio carnal, y entonces eligen mujeres de la misma constitución y copulan con ellas como íncubos, procurando que el hombre y la mujer tengan un orgasmo más intenso que el normal, pues cuanto mayor es la excitación sexual, más abundante es el semen».

Según algunos demonólogos, los niños engendrados por demonios presentan malformaciones, son muy glotones, chillan por la noche y mueren a temprana edad. También postulaban que el Anticristo nacería de la unión sexual entre Satán y una mujer virgen.

LOS CAMBIONES

En la mitología europea y literatura ocultista, un cambión es un ser mitad humano y mitad demonio descendiente de un íncubo, súcubo, o de otro demonio y un humano. En sus inicios, la palabra se relaciona con cambio y está probablemente tomada del término ‘niño cambiado’. Desde al menos el siglo XIX, se ha referido a la descendencia de un demonio con un humano.

La palabra cambión apareció en una inscripción de principios del siglo I e. c. en la Galia (Francia romana). El lingüista Benjamin W. Forston IV opina que:
«…cambión es de la raíz celta -kamb ‘torcido’, que también se refiere al movimiento e intercambio de ida y vuelta. En última instancia, es la fuente del inglés change a través del latín tardío cambiare, un préstamo del celta».

Guillermo de Auvernia en su obra De Universo del siglo XIII, escribió sobre «cambiones, de cambiti, es decir, «habiendo sido intercambiados»», los «hijos de demonios íncubos» sustituidos por bebés humanos. Estos bebés lloran constantemente pidiendo leche y no pueden ser satisfechos ni siquiera por cuatro enfermeras.

Richard Firth Green señala que esto «se convertiría en la explicación escolástica estándar para los niños cambiados a lo largo de la Edad Media».

La primera aparición evidenciada de la palabra cambión en el sentido de una descendencia de dos demonios se encuentra en el Diccionario Infernal de 1818. La edición de 1825 de ese libro tiene la siguiente entrada:

CAMBION, — Enfants des Demons. Delancre et Bodin pensent que les démons incubes peuvent s’unir aux démones succubes, et qu’il nait de leur commerce des enfants hideux qu’on nomme cambions.

Traducción:

CAMBIÓN, — Hijos de demonios. Delancre y Bodin piensan que los demonios íncubos pueden unirse con los demonios súcubos, y que de su comercio nacerán niños horribles llamados cambiones.

Híbridos humano-demonio

El concepto de descendencia de humanos y demonios fue un tema de debate en la Edad Media. El influyente Malleus Maleficarum, que ha sido descrito como el principal compendio de literatura en demonología del siglo XV, afirma que los demonios, incluidos el íncubo y el súcubo, son incapaces de reproducirse:

«Además, engendrar un hijo es el acto de un cuerpo vivo, pero los demonios no pueden conferir vida a los cuerpos que asumen; porque la vida procede formalmente solo del alma, y el acto de generación es el acto de los órganos físicos que tienen vida corporal. Por tanto, los cuerpos que se asumen de esta manera no pueden engendrar ni dar a luz».

Debido a esta incapacidad para crear o criar vida el método en que se crea un cambión requiere una larga duración. Un súcubo tendrá relaciones sexuales con un hombre humano y así adquirirá una muestra de su semen. Esto luego lo pasará a un íncubo, que luego corrompe y fortalece la semilla. El íncubo, a su vez, transferirá este semen humano a una hembra humana y así la fecundará.

«Sin embargo, se puede decir que estos demonios asumen un cuerpo no para que puedan conferirle vida, sino para que por medio de este cuerpo puedan preservar el semen humano y pasar el semen a otro cuerpo».

El texto continúa discutiendo extensamente los argumentos a favor y en contra de si este proceso es posible, citando una serie de citas bíblicas y eruditos destacados en apoyo de sus argumentos, y finalmente concluye que este es, sin duda, el método que utilizan tales demonios.

Sin embargo, el Malleus Maleficarum nunca usa la palabra cambión, refiriéndose a los hijos de los íncubos como campsores (‘cambistas’) o wechselkinder (el término alemán para los niños cambiados).

Personajes populares

A través de la historia ha habido varios individuos famosos a quienes se les ha llegado a considerar cambiones: Alejandro Magno, Cesar Augusto, Martín Lutero, Merlín, Platón, Rómulo y Remo, Escipión Africano menor y el padre de Guillermo el conquistador.

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