Oración de la Santa Camisa

Esta oración es antiquísima y pertenece al fervor popular. La Iglesia Católica no siempre admitía este tipo de oraciones por considerarlas mágicas, pero en este caso, la toleraba, porque al fin y al cabo es una oración para liberación de hechizos, magias, encantamientos, del demonio, de enemigos… a veces incluso ha sido favorecida, y suele encontrarse impresa, con la imagen de la túnica de Cristo, por lo general, donde se venden imágenes, estampas, misales, novenas, rosarios, medallas, y demás artículos de los cultos y devociones de la iglesia.

Como todas las oraciones que han sido utilizadas durante muchos años por el fervor popular, goza de gran poder. Es de las llamadas «oraciones contra todo mal» y por ello ha sido del uso de rezadores, sanadores, santiguadores, etc.


ORACIÓN DE LA SANTA CAMISA


Que la Santa compañía de Dios me acompañe,

y que el manto de Santa María, su madre,

me cobije y me defienda de todo peligro.

Ave María, gratia plena,

dominus tecum,,

me libre de todos los espíritus malignos,

bautizados y sin bautizar.

Cristo vence, Cristo reina,

el Señor y justo individual hijo de María virgen,

aquél que nació aquel solemne día,

que yo no pueda ser muerto,

ni me quieran mal.

Que los que tengan ojos no me vean,

los que tengan manos no me toquen,

que el hierro no me hiera

y los nudos no me aten.

Dios le dijo a libón:

Con tres nueces no podrán hacerme daño,

ni a ti, ni a ninguna otra persona que las portara.

Amén.

Jesús, María y José.

Dominus tecum verbum carum.

Santa María piadosa,

madre de Nuestro Señor Jesucristo,

al monte Tartario entraste

y la gran serpiente encontraste;

con hisopo de agua bendita la rociaste

y ablandándole el corazón a mis enemigos

al mundo la sacaste.

Que los que tengan ojos no me vean,

los que tengan pies no me cojan,

los que tengan manos no me toquen,

que el hierro no me hiera,

los nudos no me aten

y por las tres espadas de San Julián sean vencidas,

con la leche de la Virgen sean rociados

y en el Santo Sepulcro sean sepultados.

Amén.

Jesús, María y José.

Tres padres nuestros

a la muerte y pasión de nuestro Señor Jesucristo,

Esta es la oración de la Santa Camisa,

la del Hijo de Dios vivo,

la que me pongo en contra de mis enemigos

para que aunque tengan ojos, no me vean,

aunque tengan pies, no me alcancen,

aunque tengan manos, no me toquen,

el hierro no me hiera y los nudos no me aten,

y por las tres coronas del patriarca San Abraham,

aquí ofrezco una oración en unión de mi persona

para que vengan mis enemigos tan mansos a mi,

como fue nuestro Señor Jesucristo

con el madero a la cruz.

San Ildefonso,

bendito confesor de nuestro Señor Jesucristo

que bendijiste la hostia y el cáliz,

en el altar mayor,

bendice mi cama, mi cuerpo,

mi casa y todo mi alrededor,

líbrame de brujos, hechiceros

y personas de malignas intenciones.

Con tres te mido, con tres te parto,

con la gracia de Dios y el Espíritu Santo.

Amén.

Jesús, María y José.

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