
Imagen: Grabado medieval representando a una bruja (o quizás una monja, por su atuendo) cuidando su árbol de penes.
¿Sabían ustedes que, en la Edad Media, con los poderes que les concedía el diablo, las brujas eran capaces de hacer desaparecer penes, y algunas incluso los mantenían en nidos en los árboles y los alimentaban con avena?
Pues sí. Aunque les cueste creerlo, en el Malleus Maleficarum, el infame manual de caza de brujas escrito en el siglo XV por los inquisidores Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, se menciona la facultad que las brujas tenían para robar los genitales de los hombres, los cuales trataban como mascotas. Es decir, que los ponían en un nido, los cuidaban y los alimentaban.
En el Malleus podemos leer: «¿Qué vamos a pensar de esas brujas que de alguna manera tienen miembros en grandes cantidades, veinte o treinta, y los encierran juntos en un nido de pájaros o en alguna caja, donde se mueven como miembros vivientes, comiendo avena y otros alimentos? Esto lo han visto muchos y es un tema común de conversaciones. Se dice que está todo hecho por obra del diablo».
Entre otras historias, los autores del manual describen ésta: «Un hombre informó que había perdido su miembro y se acercó a cierta bruja para restaurar su salud. Ella le dijo al enfermo que trepara a un árbol en particular, donde había un nido que contenía muchos miembros, y le permitió llevarse cualquiera que quisiera. Cuando el hombre trató de tomar un miembro de gran tamaño, la bruja le dijo que no podía tomar ése, y agregó que pertenecía a un párroco».