
«Para que las ramas de un árbol lleguen al cielo, sus raíces deben tocar el infierno» (Lema alquímico medieval, posteriormente adoptado por Carl Jung).
Cuando observamos el mar desde la superficie, por ejemplo desde la costa, la playa o mejor todavía desde la cubierta de un barco, no podemos apreciar qué hay en su interior.
En la mayoría de las ocasiones, contemplaremos únicamente agua; quizás si esa agua es muy clara, lleguemos a entrever algún banco de algas, o algún pequeño cardumen de peces, pero poco más. Sólo una inmensa masa acuática.
Sin embargo, si logramos penetrar en su seno, avanzando hacia el interior de las profundidades oceánicas, se abrirá ante nuestros ojos un fascinante y maravilloso mundo submarino.
Una fuente de vida oculta que encierra enigmas y misterios jamás soñados ni imaginados. Misterios tan imponentes que toda nuestra vida resultaría insuficiente para conocerlos en su totalidad.
Esto mismo acontece con las enseñanzas ocultas, arcanas y esotéricas, entre ellas los llamados Grandes Misterios (Alquimia, Cábala, Misticismo y un largo etcétera), que encierran enigmas intrínsecos cuya existencia la mayoría de las personas desconoce.
Enigmas y misterios que nosotros, modestamente y en la medida de nuestras limitadas posibilidades, tratamos de ir dando a conocer a muchos de ustedes, porque sabemos que están ansiosos de profundizar en este tipo de conocimientos.