El Papa Pío XII intentó exorcizar «varias veces» y a distancia a Adolf Hitler, por considerarlo una persona poseída, un endemoniado, un hombre tan diabólico en sus programas de dominio y de exterminio hasta el punto de estar dominado por las fuerzas del Mal.
Ocurrió durante la guerra, y «varias veces». Se trata de algo inusual, ya que los exorcismos se hacen normalmente sobre personas poseídas por el demonio o víctimas de ataques diabólicos. En el exorcismo el Papa invocaba a Dios para que liberase a aquella persona de la influencia diabólica que sufría el Führer y en base a la cual actuaba. Según informaron agencias de prensa, estos hechos de Pío XII fueron revelados por el historiador y jesuita alemán Peter Gumpel, teólogo relator del proceso de beatificación del Pontífice Pacelli, en el trascurso de una mesa redonda celebrada recientemente junto con el senador Giulio Andreotti en torno al tema «Pío XII, constructor de la paz», en Roma.
Gumpel nos desvela el testimonio jurado de Sor Pascalina Lehnert, secretaria particular del Pontífice, en el curso del proceso del Siervo de Dios Eugenio Pacelli, quién declaró que «el cardenal alemán Michael von Faulhaber y otros obispos estaban persuadidos de que Hitler estaba endemoniado, así que alertaron al Santo Padre, y éste, cuando se empezó la guerra, no sólo hizo oraciones, sino que recurrió al exorcismo sobre Hitler en su Capilla privada, presentes nosotras, las religiosas».
En contra de los panfletos que han definido sin ningún fundamento a Pío XII como «el Papa de Hitler», el motivo central de la intervención de los ponentes en dicha mesa redonda fue la réplica documentada a «cuarenta años de calumnias o de pérdida de la memoria en las relaciones de este Papa. La estrategia para proteger a Pacelli de las calumnias es, según Andreotti, la de no jugar a defenderse sino la de pasar al ataque».
En los esfuerzos de Pío XII por evitar la guerra y limitar sus efectos y sobre todo salvar al mayor número posible de judíos (cerca de 700-800 mil según el historiador judío Lapide), emerge el tema de las relaciones Hitler-Pacelli. El pontífice no se encontró con él nunca ni tuvo relación directa con él, sin embargo Gumpel ha citado en el juicio, las palabras de Pacelli al final de su mandato en Berlín en diciembre de 1929, años antes de la ascensión al poder del dictador en 1933: «Este hombre está completamente poseído, todo lo que no le sirve lo destruye; todo lo que dice y escribe lleva la marca de su egocentrismo; este hombre es capaz de eliminar todo aquello que le resulta un obstáculo. No llego a comprender cómo en Alemania, incluso entre las personas mejores, no se percatan de lo que escribe y dice».
Los historiadores consideran que Pío XII en el año 1940 compartió el proyecto de algunos generales alemanes de expulsar a Hitler del poder. El relator Gumpel ha recordado las diversas protestas del Papa contra el nazismo, como el radiomensaje de la Navidad del 1942, en contra del programa hitleriano «Nuevo Orden», así como las denuncias de las muertes de miles de personas, tan sólo por razón de nacionalidad o de raza. La fiel secretaria del Papa, Sor Pascalina, supo por medio del cardenal von Faulhaber que el Führer estaba furioso con Pío XII, y había exclamado contra el Pontífice, diciendo: «¿De dónde saca tanta fuerza para resistirme y obstaculizar aquello que yo quiero, ese miserable, que no tiene otra cosa que piel y huesos? No puedo destruir Roma, algo que me hubiera dado mucho placer. ¡A cuántos judíos ha salvado, y no he sido capaz de apoderarme de él!».
Pero lamentablemente, como explica el exorcista del Vaticano Gabriele Amorth, el exorcismo a distancia casi nunca consigue su objetivo.
Los hechos históricos son claros y nadie los discute: Pío XII jamás condenó el régimen nazi ni las matanzas de judíos y no judíos; el famoso “silencio” del Papa. Lo que sí varían son las interpretaciones de este silencio. Para los críticos, Pío XII representa el típico Papa de la larga tradición antisemita de la Iglesia Católica, con sus decenas de bulas, concilios y declaraciones contra los judíos, que tras su larga estancia en Alemania ve con muy buenos ojos a Hitler y a sus dictadores satélites. Curiosamente Pío XII sí habló, y mucho, para condenar “los males” de la época como el comunismo, el liberalismo y otras lacras que trae la modernidad. Tampoco condenó a los dictadores fascistas católicos, como el sacerdote Tiso en Eslovaquia, Pavelic en Croacia o Franco en España. Por ejemplo, sólo Pavelic se calcula que asesinó a 700.000 serbios ortodoxos. O la red vaticana para salvar a nazis al final de la guerra…
Hitler que había logrado su primer gran triunfo en las elecciones de 1930, quería un trato con el Vaticano porque estaba convencido de que su movimiento sólo podía tener éxito si se eliminaba al catolicismo político y sus redes democráticas. Luego de su ascenso al poder en enero de 1933, Hitler hizo una prioridad de su negociación con Pacelli.
El Concordato del reich le garantizó a Pacelli el derecho a imponer un nuevo Código de Leyes Canónicas sobre los católicos de Alemania. A cambio, Pacelli colaboró en el retiro de los católicos de la actividad política y social. Luego Hitler insistió en la disolución «voluntaria» del Partido Central Católico Alemán!.
Los judíos fueron las primeras víctimas del Concordato: luego de su firma, el 14 de julio de 1933, Hitler dijo a su gabinete que el tratado había creado una atmósfera de confianza «especialmente significativa en la lucha urgente contra el judaísmo internacional». Aseguraba que la Iglesia Católica le había dado su bendición pública, en el país y afuera, al nacionalsocialismo, incluida su posición antisemita.
Durante los años ´30, a medida que el antisemitismo nazi crecía en Alemania, Pacelli no se quejó ni siquiera en nombre de los judios convertidos al catolicismo: para él, era cuestión de política interna.
En enero de 1937, tres cardenales y dos obispos alemanes viajaron al Vaticano para pedir una vigorosa protesta contra la persecución nazi de la Iglesia Católica, a la que se le habían suprimido todas las formas de actividad con excepción de los servicios religiosos. Finalmente, Pío XI decidió lanzar una encíclica, escrita bajo la dirección de Pacelli (futuro Pio XII), donde no había ninguna condena explícita al antisemitismo.
En el verano de 1938, mientras agonizaba, Pío XI se preocupó por el antisemitismo en Europa y encargó la redacción de otra encíclica dedicada al tema. El texto que nunca vió la luz del día, se descubrió hace poco. Lo escribieron tres jesuitas, pero presumiblemente Pacelli estuvo a cargo del proyecto. Se iba a llamar Humani Generis Unitas (La unión de las raza humana) y, a pesar de sus buenas intenciones, está lleno de una antisemitismo que Pacelli había mostrado en su primer estadía en Alemania. Los Judíos, dice el texto, eran responsables de su destino, Dios los había elegido, pero ellos negaron y mataron a Cristo. Y «cegados por su sueño de triunfo mundial y éxito materialista» se merecían «la ruina material y espiritual» que se habían echado sobre sí mismos.
El documento advierte que defender a los judíos como exigen «los principios de humanidad cristianos» podría conllevar el riesgo inaceptable de caer en la trampa de la política secular. La encíclica llegó a los jesuitas de Roma a fines de 1938; hasta el día de hoy, no se sabe por qué no fue elevada a Pío XII, Pacelli, convertido en Papa el 12 de marzo de 1939, sepultó el documento en los archivos secretos y les dijo a los cardenales alemanes que iba a mantener relaciones diplomáticas normales con Hitler.
Pacelli conoció los planes nazis para exterminar a los judíos de Europa en enero de 1942. Las deportaciones a campos de exterminio habían comenzado en diciembre de 1941. A lo largo de 1942, Pacelli recibió información confiable sobre los detalles de la solución final provista por los británicos, franceses y norteamericanos en el Vaticano.
El 17 de marzo de 1942, representantes de las organizaciones judías reunidos en Suiza le enviaron un memorándum a través del nuncio papal en Berna, donde detallaban las violentas medidas antisemitas en Alemania, en sus territorios aliados y en zonas conquistadas. El memo fue excluido de los documentos de la época de la guerra que el Vaticano publicó entre 1965 y 1981.
En septiembre de 1942, el presidente norteamericano Franklin Roosevelt envió a su representante personal, Mylon Taylor, a que le pediera a Pacelli una declaración contra el exterminio de los judíos. Pacelli se negó a hablar porque debía elevarse sobre las partes beligerantes.
El 24 de diciembre de 1942, finalmente, Pacelli habló de «aquellos cientos de miles que, sin culpa propia, a veces sólo por su nacionalidad o raza, reciben la marca de la muerte o la extinción gradual». Esa fue su denuncia pública mas fuerte de la solución final.
Pero hay algo peor. Luego de la liberación de Roma, Pio XII pronunció su superioridad moral retrospectiva por haber hablado y actuado a favor de los judíos. Ante un grupo de palestinos, dijo el 3 de agosto de 1946:
«Desaprobamos todo uso de fuerza (…) como en el pasado condenamos en varias ocasiones las persecuciones que el fanatismo antisemita infligió al pueblo hebreo.» Su autoexculpación grandilocuente un año después del fin de la guerra demostró que no sólo fue Papa ideal para la solución final nazi, sino que también un hipócrita.
En 1870 Italia se enemistó con el papado y le confiscó sus Estados papales, gran cantidad de propiedades, por otro lado los
Jesuitas estaban siendo echados de casi todas las naciones, herida aparentemente mortal. En 1929 Musolini firmó un
concordato con el Vaticano e hizo la religión Católica la única en Italia, la herida mortal se ha recuperado.
81 «Semejantes a los de un cordero.» Los lobos voraces de estos tiempos son de la Bestia Anti-Mesías profetizada en
el libro de Revelación. Los mensajeros de ha satán tratan de pasar como mensajeros de luz o en alguna vez pueden haber
enseñado la verdad, pero su oratoria los traiciona como agentes de ha satán. Ellos pretenden mansedumbre pero en toda
realidad son obras maestras son de ha satán. Ellos han aprendido bien el engaño de su amo, el padre de mentiras. Un día su
personalidad verdadera será revelada porque «el Día la declarará.» Su juicio en Yom HaDin, el Día del Juicio, será severo.
Pio XII tenía buenas relaciones con Hitler
Mi madre participó en el famoso CONGRESO EUCARISTICO de BUENOS AIRES de 1935 Y todos los dìas de su vida se acordaba de EUGENIO PACELLI arrodillado ante el SANTISIMO SACRAMENTO.
Rueguen por DIOS ,que me salga algo para defender la memoria de PIO XII ,mi madre desde el cielo me va a mandar la luz puès fuè presidenta de ACCION CATOLICA y lo conociò personalmente.
Mi padre ayudò a evacuar judios de HUNGRIA ,arriesgando su vida ante el gobierno nazi de la revoluciòn del 43 en ARGENTINA.
Recibiò ayuda de la iglesia CATOLICA ,de la familia real española yhasta FRANCO.
Ud.más al tanto de la historia ha de saber.Mi padre intervino en el famoso asilo de los pasajeros del buque que el Capitan de MARINA MERCANTE ALEMANA dejò en la zona del CARIBE .Aduvieron por todas las colonias britànicas sin ayuda y ellos lograron que un amigo dueño de una hacienda en venezuela los recibiera.
Me duele en el alma,por mi padre en israel hay un arbol de agradecimiento y no se como escribir a alguien importante de ISRAEL con esta inquietud para que paren este dolor que me estàn causando.
Acabo de leer ese disparate dislocado de la MAFIA X y estoy enferma de la angustia.Si pudièramos comunicarnos en algùn foro para ayudarnos en la causa de PIO XII ,avísenme por este foro asì les mando mi e mail.
Les aviso quienes pueden ser :Los jóvenesjudios socialistas estàn asustados con el avance del dinero musulmàn.La ven mal en el futuro ante un gobierno mundial Y ESTAN TRATANDO DE QUEDAR BIEN CON LOS MUSULMANES QUE VAN EN AUGE.Confian en que el sistema pseudosocialista lo van a poder sostener entre musulmanes y judios y ESTAN TAN EQUIVOCADOS que van a terminar en un NAZISMO a nivel universal que ellos van a contribuir a crear.
ME PARECE QUE LUEGO DE ESTA CANALLADA SE LES VA A PRESENTAR LA VERDAD DE GOLPE .
me sorprendio muchisimo. no tenia idea de este tema… me encanta su pagina.les envio mucha luz.