
Desde hace miles de años, la sal se ganó su lugar como uno de los productos más valiosos disponibles para el hombre. La mayoría de las deudas u obligaciones podrían pagarse en sal. Con la sal, cualquier alimento podía ser conservado o sazonado y eso la hacía una sustancia que todos necesitaban.
Así, cuando uno daba un regalo de sal, era reconocido como un regalo de valor, no solo económicamente, sino también sentimentalmente. ¿Por qué? Porque la sal era valorada no sólo por su costo, sino también por lo que representaba. La capacidad de preservar o prevenir la corrupción o la decadencia, también era un símbolo de buena salud y de fertilidad.
En muchas culturas es símbolo de permanencia, de pureza y de lo incorruptible. Se usaba en varios rituales religiosos. “Ahuyenta” espíritus y “limpia” lugares.
Antiguamente algunos acuerdos y promesas eran sellados por un pacto de sal. Cada parte en el acuerdo tomaría una pizca de sal de su bolsa de sal y la colocaría en la bolsa de sal de la otra persona o personas que fueran parte del acuerdo. Este singular acto fue simbólicamente vinculante. Cada una de las partes reconocía que el acuerdo sólo podría romperse si cada persona pudiera recuperar sus propios granos de sal de la bolsa de los demás, prácticamente algo imposible.
Es más, en la Biblia se habla del pacto de sal entre Dios y el hombre en Números 18.19 y en 2 Crónicas 13.5 en donde se menciona que Dios le dio a David el reinado sobre Israel con un pacto de sal. Y en Mateo 5:13, Jesús dice: «Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea».
La sal es un regalo que hay que atesorar, no solo por su valor, sino más bien por su simbolismo. Dar un regalo de sal expresa tu deseo de que tu relación de amistad o de negocios con la otra persona se preserve (la sal preserva), simbolizando la permanencia y la estabilidad.
En el caso de una pareja de recién casados, dar un regalo de sal también dice que tu deseo para la pareja es que su relación se preserve y perdure.
En el mar, mientras mayor sea la cantidad de sal en el agua, mayor será la flotabilidad, como por ejemplo en el Mar Muerto. Al dar un obsequio de sal también le estás deseando simbólicamente a esa persona especial que nunca se hunda, que siempre esté a flote en su vida financiera y emocional.

El condimento más antiguo
La sal, o cloruro de sodio, es un compuesto iónico formado por iones de cloro y de sodio. Este mineral aporta el sabor salado a los alimentos aunque también se utiliza como potenciador de sabor y como conservante. Es la única roca comestible para el ser humano y el condimento más antiguo que se conoce.
Es utilizada también en carreteras para prevenir que la nieve cuaje o se formen placas de hielo, como quitamanchas o para limpiar cubertería, vajilla y ollas, entre otros muchos usos.
El sodio es el sexto elemento más abundante en la tierra y un elemento de vital importancia en muchas reacciones bioquímicas.
Aunque su consumo en exceso puede acarrear problemas, erradicarlo totalmente tampoco sería beneficioso para la salud. Como en todo, el secreto está en el equilibrio.
Motivo de guerras
La sal tiene una importancia muy marcada a nivel histórico. Los primeros asentamientos humanos tenían cercanía con depósitos de sal ya que permitía conservar los alimentos.
La sal fue tan importante en la antigüedad que aquellas civilizaciones que estaban establecidas en lugares donde podían acceder a esta preciado compuesto químico se volvieron poderosas. Un ejemplo es la cultura egipcia que fue la primera en exportar pescado en salazón pero también la usaban en la momificación. Incluso existen vestigios de momias preservadas con las arenas salinas de los desiertos egipcios que datan de 3000 a.C.
Durante el Imperio Romano, se crearon rutas específicas de transporte de sal, como por ejemplo la Vía Salaria, una antigua calzada romana de 240 kms. de largo, que comunica Roma con la actual Porto d’Ascoli, en la costa del mar Adriático).
Su importancia era tal que fue motivo de guerras entre mercaderes que buscaban controlar los depósitos salinos y los mercados de la sal. Incluso se llegó a utilizar la sal como moneda de cambio, derivando de ese hecho la palabra “salario” (en latín, salarium).
En el siglo XIX, Francia cobraba la gabelle, un impuesto aplicado al consumo y comercialización de sal, abolido durante la Revolución francesa por ser un impuesto muy impopular.
Uso en rituales
En muchas culturas se utiliza la sal en rituales de purificación y de protección contra el mal.
En Japón, por ejemplo, antes de dar inicio a una actuación, se rocía el escenario con sal para evitar las malas acciones de los espíritus. Igualmente, y por la misma razón, lo hacen los deportistas de sumo antes de iniciar la lucha.
En Grecia, por ejemplo, se utilizaba en rituales; en los templos judíos se usaba la sal en el «Shabat»; los católicos la utilizaban en rituales de purificación, tanto así que hasta hace no mucho se colocaban unos granitos de sal en la boca del bebé a la hora del bautizo. Por su parte, quienes practican la religión budista la usan para alejar los malos espíritus.
El simbolismo de la sal se puede encontrar en prácticamente todas las culturas.
En el Imperio romano la sal se relacionaba con la fertilidad y quizás de ahí venga la tradición de poner sal en los bolsillos de los novios para evitar la disfunción eréctil (tradición todavía en algunas zonas de los Pirineos, en España) o de rociar los zapatos de las novias para activar la función reproductora (tradición en algunas zonas de Alemania).
En Rusia, se ofrecía pan y sal como un gesto de hospitalidad.
En la India regalar sal es un símbolo de buena suerte; en México dar la sal de mano a mano se considera de mala suerte y existen culturas donde se regala sal y azúcar cuando uno se muda a una nueva casa para atraer la abundancia. En fin, no hay cultura que no haya sido profundamente afectada por este ingrediente.
Si miramos todas estas tradiciones llenas de simbolismo, en todas ellas se puede ver como la sal se relaciona con la protección y la prosperidad. De hecho, incluso cuando se habla de que trae mala suerte, no es la sal en sí, sino verterla y desperdiciarla.
Se dice que para contrarrestar la mala suerte, es recomendable tirar sal sobre el hombro izquierdo con la mano derecha. Una superstición cuyo origen se remonta al Imperio Romano, ya que como antes dijimos, la sal suponía un bien escaso y difícil de conseguir. Por eso, que se derramara accidentalmente era considerado un acto muy desafortunado.
Posdata.- En otra ocasión edicaremos un artículo más extenso al uso de la sal en rituales de bendición, sanación espiritual y protección del hogar contra las malas energías.
©J.R. – TLI