
He decidido hacer público este pequeño testimonio para que sean ustedes conscientes de la real existencia del mundo espiritual y de los peligros que esperan a toda persona que no esté muy bien preparada.
Hace poco, ayudamos a una persona a librarse del espíritu obsesor que la contagiaba y enfermaba, desde hacía ya varios años.
Era un espíritu viejo y cuando nos dimos cuenta que conocía el latín y que las oraciones en esa lengua le molestaban y desagradaban, decidimos hacer todo el ritual de liberación y expulsión en lengua latina, con imposición de manos y las restantes y protocolarias acciones que conforman el ritual.
Necesitamos más de dos horas pero, gracias a Dios Nuestro Señor, el espíritu se dio cuenta de que no estaba donde le correspondía estar, que ya no podía estar más tiempo ocupando el cuerpo que parasitaba, y finalmente aceptó el perdón y la misericordia de Dios y se marchó hacia la Luz, dejando a esa persona libre y llorando de felicidad.
La persona se despidió, agradecida de Dios. También nos dio las gracias por ayudarla, pero nosotros sólo somos unos intermediarios. Todo el mérito es siempre del Padre Celestial.

Poco después de finalizado el ritual, me di cuenta de que el espíritu había querido dejarme una ‘pequeña’ muestra de su protesta por haberle ‘desalojado’ del cuerpo en el que tan cómodo y durante tanto tiempo había permanecido.
Esa entidad «salió» del cuerpo de la persona, a través de mis dedos, cuando estaba haciendo las oraciones finales y terminando la imposición de manos.
Esas «quemaduras espirituales», como las denominé, dolieron un par de días. Pero las acepté, entendiendo que son el mínimo precio a pagar por combatir con entidades espirituales negativas.
A todos ustedes, amigas y amigos, que Nuestro Señor les bendiga, guarde y proteja siempre del Maligno y de su influencia. ®TLI-J.R.