Abusos y violaciones en la infancia

CASOS TRATADOS EN NUESTRO CONSULTORIO

Una mujer joven, aproblemada por no tener trabajo estable, ni pareja o pololo con quien pueda proyectarse a futuro, preocupada por sus conflictos familiares y por no hallarle en general sentido a su vida, nos cuenta, tras varias sesiones de hipnosis regresiva, que en su temprana infancia había sido abusada y/o violada sexualmente por algún familiar cercano, primo, tío, hermano, incluso por un padre, padrastro o abuelo, de manera reiterada y a lo largo de varios años.

Con el agravante añadido de que, bajo trance hipnótico, esa mujer recordó asimismo que ni su madre ni su abuela hicieron nada para evitarlo, ni tampoco le hicieron caso ni la creyeron cuando en repetidas ocasiones se lo contó.

Y cuando esa mujer gracias a Dios ha superado y se ha librado de su trauma y ha recuperado su autoestima y sus fuerzas, y vuelve al consultorio a darnos las gracias, al preguntarle si ha hablado de nuevo con su progenitora al respecto, nos dice que sí, pero que ella le ha dicho: «Eran otros tiempos, antes estas cosas eran normales y había que aceptarlas».

Y al igual que veinte o treinta años atrás, esa madre o esa abuela no se arrepentían en lo más mínimo de no haber hecho nada en su momento. Como mucho, se defendían diciendo: «Es que si decía o hacía algo, tu padre me mataba a golpes».

Y no puedo evitar preguntarme, al constatar cómo este tipo de cosas suceden todavía hoy en día, en el Chile del siglo XXI, con mucha más frecuencia de la que la gente imagina, cómo hay personas, mujeres jóvenes, seguidoras de la falsa metafísica e imbuidas de los postulados de la Nueva Era, que justifican esas violaciones y abusos en la infancia con argumentos tan absurdos como que «es el alma la que escoge lo que le pasará en su vida», «experiencias transgeneracionales», y zarandajas similares.

Así como tampoco puedo entender que haya pseudoterapeutas, algunos muy populares por salir en TV, que en sus ‘performances’ o puestas en escena dentro de sus falsas terapias de constelaciones familiares, ancestrología y otras similares, le digan a la víctima que debe arrodillarse ante su violador y perdonarle, para así poder cerrar ese capítulo de su vida.

Por más que le doy vueltas al tema, no puedo entender, ni aceptar, que a la víctima se la humille de esa forma. ©TLI-J.R.

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