
Todos hemos oído hablar de Drácula, personaje de ficción inspirado en el despiadado noble rumano Vlad Tepes. Pero pocas personas saben que 200 años antes de que Bram Stoker publicara su célebre novela, el historiador esloveno Johann Weichard von Valvasor ya recogía la leyenda del vampiro Jure Grando en su libro La gloria del Ducado de Cairn.
La historia de Jure Grando es el primer caso documentado de vampirismo en Europa.
Jure Grando Alilović, también llamado Giure Grando (Kringa, 1579 – 1656), fue un aldeano de la región de Istria, en la actual zona de Croacia, que fue descrito como uno de los primeros casos reales de vampirismo en los registros históricos. Fue referido como un strigoi, una palabra local para algo que se parece a un vampiro y un brujo.
Se creía que estos hechiceros se alimentaban de la sangre de los niños durante su vida. Cuando morían, se convertían en el ‘strigoi’, no-muerto, y deambulaban por sus aldeas alrededor de la medianoche.
Jure Grando vivía en Kringa, una pequeña ciudad en el interior de la península de Istria, cerca de Tinjan. Murió en 1656 debido a una enfermedad, pero según la leyenda, regresó de la tumba por las noches convertido en un vampiro (strigoi) y aterrorizó a su pueblo hasta su decapitación post mortem en 1672.
La leyenda cuenta que, durante 16 años, todos ellos sucedidos después a la fecha oficial de su muerte, Jure se levantaba de su tumba por las noches y atemorizaba al pueblo. El sacerdote de la aldea, Giorgio, quien había enterrado a Jure, descubrió que por la noche alguien llamaba a las puertas que rodeaban la aldea, y allí donde esto pasaba, algún miembro de esa casa moría en los siguientes días.
Estos personajes, los strigoi, eran brujos que se alimentaban de la sangre de los niños durante sus vidas y después pasaban a convertirse en los llamados ‘no-muertos’. Estas criaturas de la noche llamaban a la puerta de sus víctimas, que morían en los siguientes días; se acostaban en la cama de las mujeres y preferían las mujeres viudas para sus ataques.

Jure también se le apareció a su aterrorizada viuda en su habitación, quien describió al cadáver como si estuviera sonriendo y jadeando sin aliento, y luego la atacaba sexualmente. Cuando el padre Giorgio finalmente se encontró cara a cara con el vampiro, extendió una cruz frente a él y gritó: «¡He aquí a Jesucristo, vampiro! ¡Deja de atormentarnos!». Pero ese acto no tuvo ningún efecto en Grando.
Un grupo de aldeanos, liderados por el prefecto Miho Radetić, persiguió e intentó matar al vampiro perforando su corazón con un palo de espino, pero falló porque el palo simplemente rebotó en su pecho.
Una noche después, nueve personas fueron al cementerio, llevando una cruz, lámparas y un palo de espino. Desenterraron el ataúd de Jure y encontraron un cadáver perfectamente conservado con una sonrisa en su rostro. El padre Giorgio dijo: «Mira, strigoi, a Jesucristo, quien nos salvó del infierno y murió por nosotros. Y tú, strigoi, ¡no puedes tener paz!». Luego intentaron volver a perforar su corazón, pero una vez más el palo no pudo penetrar en su carne.
Después de algunas oraciones de exorcismo, Stipan Milašić (uno de los aldeanos), tomó una sierra y comenzó a cortarle la cabeza al cadáver. Tan pronto como la sierra rasgaba la piel, el vampiro empezó a gritar y a manar la sangre de aquel corte. Tanta sangre salió, que llenó el ataúd y todos los presentes quedaron empapados de ella.
Según el folclore popular de Croacia, la paz finalmente regresó a la región después de la decapitación de Jure.

Johann Weichard von Valvasor escribió acerca de la vida y la vida futura de Jure Grando en su extenso trabajo ‘La gloria del ducado de Carniola’ cuando visitó Kringa durante sus viajes.
En ese enciclopédico relato, de 1689, compuesto de 15 tomos, más de 3500 páginas, 528 ilustraciones y 24 apéndices, se presenta por primera vez la leyenda del vampiro de Istria.
Este fue el primer documento escrito sobre vampiros. Grando también fue mencionado en los escritos de Erasmus Francisci y Joseph Görres, quien elaboró más la historia y la llenó de detalles fantásticos para hacerla más interesante y sensacional.
El folklore relacionado con el strigoi fue documentado y examinado en diversas publicaciones, especialmente dirigidas por científicos en la Universidad de Zagreb.

Hoy, Kringa ha abrazado la historia de Jure Grando y ha abierto un bar temático de vampiros destinado a atraer turistas a la ciudad.
Los habitantes de la pequeña ciudad viven en la actualidad de la leyenda que atemorizó a sus antepasados. Desde el Museo de Jure Grando hasta los bares y restaurantes, todos tienen presente al vampiro que los ha hecho famosos.
Festivales de literatura fantástica, gastronomía inspirada en historias de muertos vivientes y todo tipo de actividades relacionadas con lo sucedido hacen llegar cada día a más turistas y han conseguido que, poco a poco, la localidad se haya hecho un pequeño hueco en el mercado turístico de Istria.

Curiosamente, y como un misterio más que nadie se esfuerza en resolver, ningún habitante de Kringa sabe decir en cual de las tumbas del cementerio descansa la fuente de ingresos más importante de esta ciudad. Quizás sea mejor no saberlo para evitar que Jure Grando vuelva a despertar.