
SEXTA PARTE
El saytán / Iblis
Es interesante recordar aquí que Satán significa adversario en hebreo, lo que refuerza la teoría de la procedencia hebrea. Cuando la palabra saytán se utiliza en singular, es un nombre personal que equivale a Iblís. El nombre de Iblís figura en la historia de la creación de Adán y en la caída al mal, es el orgulloso y el desobediente. En cuanto al saytán, es él quien tienta a Adán y a Eva. Estos dos nombres son usados dentro de la misma narrativa. En la Arabia preislámica un saytán era un yinn rebelde.
También en el Corán se establece un cierto grado de identificación entre yinn y saytán. La identificación se observa claramente en los pasajes que relatan la historia de Salomón y en otros pasajes, en los relatos relacionados con la guarda de las puertas del Cielo, y en los que se narra el secuestro de humanos por los espíritus.
En las tradiciones árabes más antiguas, en el Corán y en la tradición profética el saytán es visto como un genio, generalmente maligno, que acompaña al hombre en todas sus actividades, en clara similitud con el yinn. Se cuenta que el Profeta dijo: «No hay ningún descendiente de Adán que no tenga un saytán pegado a él». Una de sus acciones es la de inspirar a los adivinos y a los profetas, por lo que existía la creencia en la Arabia preislámica de que la inspiración poética tenía un origen demoníaco.
Al-Yahiz indica que los árabes afirmaban que todo gran poeta tenía un saytán de quien él era solamente el cuerpo por el que hablaba. Entre sus atributos están el causar miedo, llevar por el mal camino, provocar enemistad y odio, causar el olvido o provocar luchas. Es descrito como un compañero para los incrédulos, un enemigo. En la narrativa, las descripciones que se encuentran de los demonios son muy similares a las de los ifrít, yinn y gul.

Tienen un aspecto humano o humanoide y en muchos casos obedecen a un anillo o talismán y a un mago e Iblís es su jefe. No pueden soportar el nombre de Dios.
Iblís, el Demonio, representa la identidad indefinida entre ángel y genio. Su propia naturaleza y su acto de desobediencia a Dios, al negarse a reconocer a Adán como superior, generaron diversas teorías e interpretaciones por parte de los teólogos musulmanes. Curiosamente, este acto de rebeldía ha sido interpretado por los gnósticos orientales como una muestra de la adoración de Iblís hacia Dios, al negarse a obedecer a otro que no fuera Él.
Los aparecidos.- Son hombres o mujeres que salen de improviso de un muro en casas encantadas o en cementerios. Siempre actúan en silencio. Premian o castigan a los humanos según sea su conducta en el aspecto de la caridad.
(Continuará)
Autor: Camilo Álvarez de Morales – Escuela de Estudios Árabes (CSIC, Granada)