
QUINTA PARTE
El gul/ ogro
Para los antiguos árabes el gul era una forma de genio destructor, hostil, bestial y diabólico, capaz de asumir diversas formas. Destaca por su aspecto físico, siempre muy grande, a veces hombre o mujer completos o bien con una mitad animal, con pezuñas en lugar de pies y haciendo alarde de ferocidad y gran voracidad.
Tiene poderes mágicos y una gran fortaleza física, pero poca inteligencia y por este motivo suele ser engañado.
Etimológicamente, dentro de las formas árabes y beréberes desde Egipto hasta Marruecos, hay varias radicales con las que se expresa la idea de ogro, refiriéndose casi todas a las ideas de salvajismo, coger y agarrar.

Este personaje no figura en el Corán, pero lo encontramos en la tradición oral y en la literatura narrativa, en donde figura con frecuencia atacando a los viajeros. En dicha tradición oral se dice que puede tener hijos con su pareja ogro y con los humanos, ya que es capaz de mantener con ellos relaciones sexuales, aunque muchas veces sean forzadas.
Es un ser creado que muere, pero puede resucitarse y resucitar a otros. Quien se enfrente a uno de ellos tiene que matarlo al primer golpe, pues si no recobra su fuerza.También puede ser matado por medio de fuego. Se organiza en grupos familiares poco estructurados, es agreste y salvaje, tiene mucho apetito, y es antropófago, llegando a alimentarse de los de su misma especie y de animales.
Al ogro se le atrae con halagos y con sacrificios y, como el ifrít, en ocasiones adopta a seres humanos. Vive en cuevas, guaridas rocosas y en subterráneos, en descampados, en desiertos, en montañas, en fuentes y pozos, casas o palacios, castillos transmarinos, en el país de los ogros, en bosques, casas abandonadas y ruinas. No suele estar jerarquizado y opera en solitario o en pequeños grupos.
En algunas tradiciones, se considera que en su origen fue un animal salvaje, que habitaba en cuevas y en cubiles y, en un momento determinado, se habría humanizado, pero conservaría los rasgos de coger y de arrebatar rápidamente la presa, de atacar y de huir. Tener características humanas y animales serían muestra de la supervivencia de su origen; de aquí la relación que existe entre el ogro y la cueva. Puede ser musulmán o no serlo.
(Continuará)
Autor: Camilo Álvarez de Morales – Escuela de Estudios Árabes (CSIC, Granada)