
Desde que nacemos y mientras vivimos nuestra alma, con su esencia y con todas las vivencias que va adquiriendo, está unida a nosotros. Somos cuerpo, mente y espíritu. Para seguir nuestro camino en el más allá una vez que morimos, nos desprendemos de la envoltura física, el vehículo que el espíritu ha estado usando durante su peripecia vital en nuestra existencia en este plano terrenal; y la mente, los recuerdos, las emociones, dejan también de existir. O casi…
El alma (o espíritu, no entraremos ahora a profundizar en las similitudes o diferencias, ése es tema para tratar aparte), nunca muere. Pero sí sucede que, en muchas ocasiones, hay espíritus que no siguen su tránsito hacia la Luz y se quedan aquí en este plano de tres dimensiones, por un tiempo incierto. Les indico a continuación algunos de los tipos más comunes de espíritus y de situaciones por las cuales se quedan aquí (aunque hay más):
- Fallecidos en un accidente o un ataque (asalto, balacera, etc.).- Son los espíritus de quienes han sufrido una muerte repentina de forma agresiva, súbita o inesperada y no se han dado cuenta de que han fallecido. Y una vez se dan cuenta les cuesta asimilarlo, necesitan tiempo para asumir su nuevo estado.
- Conflictos sin resolver.- Hay espíritus que no se marchan cuando les corresponde porque quieren resolver algún conflicto familiar, por ejemplo que se encuentre algún objeto o documento, o necesitan trasmitir un mensaje a alguien; en definitiva ayudar a sus seres queridos en lo que necesiten.
- Las llamadas almas en pena.- Espíritus que, por diversas razones, no encuentran el camino, tienen miedo a avanzar. Hay autores que incluyen en esta categoría a los suicidas, aunque para nosotros, los espíritus de quienes se quitan voluntariamente la vida tienen una situación y una connotación especial.
- Los espíritus maléficos.- Se les dan muchas definiciones: bajos astrales, diablos, entes de las sombras, espíritus malignos, etc. Por distintas razones, entre ellas la magia negra, ejercen su influencia en este plano, causando daño, confusión, enfermedades, pesadillas y todo tipo de molestias y perjuicios, generando vicios o incitaciones a actos negativos, y afectan a las personas que son víctimas de un trabajo de magia o que están débiles y desprotegidos espiritualmente.
- Espíritus enganchados a un ser amado.- Estas almas prefieren no avanzar para poder quedarse y seguir estando cerca de los suyos, para cuidarlos y protegerlos. Las razones son también muy diversas.
- Espíritus o entidades que ya se han convertido en fantasmas y suelen aparecer o manifestarse en el lugar donde vivieron y murieron y que ya consideran propio (castillos, casas o mansiones embrujadas, etc.)