
TERCERA PARTE
La vida de los yinn
En la relación del hombre con el yinn es bueno utilizar incienso porque previene su presencia y, cuando ésta se produce, puede crear un ambiente de armonía porque les gusta su olor.
Al igual que la sociedad de los hombres, están organizados en clanes y en tribus, jerarquizados, con diversos rangos y autoridades, siendo entre ellos la colectividad más importante que el individuo.
Aunque su vida es muy larga también mueren, pudiendo ser matados por el hombre o por otros seres no humanos. Pueden cambiar de apariencia y adoptar diferentes formas, siendo muy frecuente que se conviertan en animales, salvajes sobre todo, aunque también pueden hacerlo en uno doméstico. Pero esto no está sujeto a normas, sino que su aspecto físico es muy variado, incluso pueden presentarse como mujer u hombre, jóvenes y bellos, como viejo o vieja, como gigante o ser monstruoso mitad humano mitad animal con rasgos deformes.
Su comida suele ser estiércol, huesos, orina y también habas. Beben cualquier líquido, sobre todo leche. La morada del yinn se encuentra en el desierto, en zonas de arboleda muy tupida, en ruinas, y en lugares degradados, como las letrinas.también habitan en zonas ricas en agua, como fuentes y pozos, y zonas con mucha vegetación.

Se considera que su mundo es como la inversión del mundo de los hombres, incluso en su habitat, y que existe un espacio subterráneo en el que vive habitualmente. Este mundo subterráneo se comunica con el terrestre por medio de los pozos, las fuentes o los árboles, es decir elementos que salen de dentro de la tierra y afloran a la superficie. De ahí que se les relacione, de modo primordial, con lugares en los que figuran estos elementos.
No será éste el único caso de inversión. Lo encontramos también en la correspondencia entre los siete cielos o esferas celestes, los siete climas de la Tierra y los siete círculos del Infierno. Es decir, el hombre ve condicionada su existencia en tres planos: en el superior, regido por seres y cuerpos celestes, el medio, el mundo en que se mueve, y el inferior, el del Más Allá de la condenación eterna.
Volviendo a los lugares en los que puede haber yunún, además de los señalados se encuentran en viviendas humanas como espíritus de la casa, y en este contexto pueden aparecer en forma de serpiente. Dentro de la vivienda, se suele asociar como morada del yinn el umbral de la puerta de entrada a la casa, pero no se sabe con certeza si el origen de esta creencia corresponde a la antigua Arabia.
Esto recuerda la ubicación de los cuencos mágicos y la de otros amuletos, que se colocaban también en el umbral de la puerta para proteger la vivienda de espíritus y de toda influencia negativa.

Normalmente utilizan la noche y la oscuridad para realizar sus trampas y actos, y desaparecen con la llegada de la luz. Se detectan por extraños fenómenos que provocan, o por ruidos. Interfieren en la vida de los humanos y de los animales, asustándoles y causando enfermedades de todo tipo.
En el Misceláneo de Salomón (ss. XIV-XV) se hace una amplia relación de males que causan estos seres, desde la parálisis total a la pérdida de memoria, a desorientación, la asfixia, y muchas otras. En otros textos se añaden las epidemias, la epilepsia, y las disfunciones sexuales, como impotencia o esterilidad, o desvíos sexuales considerados también como enfermedades. Únicamente en ramadán no pueden interferir en la vida humana excepto la noche del 27, la llamada noche del destino (laylat al-qadr).
Abducen a la gente, tanto a adultos como a niños, pero no siempre esta abducción es negativa. Pueden poseer al hombre y hacerse presentes utilizando su palabra, y así se manifiestan a veces en algunos poetas y, sobre todo, en ciertas clases de epilepsia o locura, por lo que al loco en el Islam se le llamará maynún, aludiendo a su posesión por un yinn. En ocasiones, el genio puede proporcionar a los hombres unos conocimientos que solo son posibles a través de ellos.
(Continuará)
Autor: Camilo Álvarez de Morales – Escuela de Estudios Árabes (CSIC, Granada)