
CONSEJOS DE UN EXORCISTA
Hay mucha diferencia entre bendecir y exorcizar. Muchos de ustedes tienen confusiones y dudas en este sentido, que trataremos de ir aclarando poco a poco.
Una bendición es el acto de invocar, sobre alguien o algo, la protección divina. Bendecir viene de la unión de las dos palabras latinas «bene», que significa bien y «dicere», que significa hablar, pronunciar. Por tanto, el significado genérico es hablar bien, desear el bien, alabar. En sentido cristiano, es también hacer la señal de la cruz o asperger agua bendita sobre una persona, una casa o un objeto.
Nunca hay que decir «yo te bendigo», sino «que Dios te bendiga». La bendición se hace siempre en nombre del Creador.
En el Templo de la Luz Interior bendecimos siempre a las personas que atendemos con estas palabras:
«Que la bendición de Dios Padre Todopoderoso descienda sobre ti. Que Él te guarde y te proteja siempre de todo mal. Que te conceda siempre todo lo que le pidas y lo que más necesites. De manera especial, la tranquilidad espiritual, la salud de cuerpo y de alma, la felicidad y la paz. Quédate en la paz de Dios».

Cualquier persona, poniendo siempre por delante el nombre de Dios, puede bendecir a un semejante o a una mascota, la comida sobre la mesa, etcétera. Otro tipo de bendiciones, como las de casas, vehículos, etc., precisan de un ritual más elaborado.
Exorcizar el agua bendita, la sal bendita, el aceite u óleo consagrado, la medalla de san Benito y otros sacramentales, así como realizar un exorcismo sobre una persona para sacar de ella un mal espíritu, no puede hacerlo cualquiera.