Siguen brotando como mala hierba y publicitando sus «dones» en las redes sociales, presuntos y supuestos «canalizadores», «lectores de registros akáshicos», «mensajeros» del mundo espiritual, visionarios y «médiums» de todo tipo.
Leen un par de libros, acuden a unos cursillos de fin de semana (donde sólo les entregan un diploma de asistencia pero no les certifican ni garantizan que hayan adquirido ningún conocimiento) y ya se consideran preparados y capacitados para ofrecer «sus servicios» en público. Se les «ha abierto el tercer ojo», han recibido la «iluminación», poco menos que de la noche a la mañana…
Por orgullo, ego espiritual, desinterés y sobre todo por ignorancia, no saben realmente dónde se están metiendo, ni son conscientes del riesgo que corren, ni del peligro y negativas consecuencias que pueden acarrear hacia sí mismos y los demás con su poca o nula preparación, al entrar de manera tan irresponsable en contacto con el más allá y abrir portales hacia el mundo de los espíritus.
Hemos escrito mucho sobre este tema, sobre la necesidad de estar bien preparados, bien protegidos, para no arriesgarse a ser contagiados o, peor aún, quedar poseídos por cualquier bajo astral o espíritu dañino o maléfico, que puede llegar a hacerles la vida imposible.
Sin embargo, lo que escribimos o denunciamos, ahora y en otras ocasiones anteriores, no afecta ni hace mella en estas bisoñas e inexpertas personas, que sólo se oyen y ven a sí mismas, que cierran los ojos al sentido común y se lanzan al campo de batalla inermes y desvalidas, con mucho ego y con poca o nula preparación.
Estas personas ignoran lo que decimos y escribimos, e incluso (si acaso llegan a leernos) luego nos replican ofendidas porque se sienten criticadas y atacadas.
En el fondo, es su problema. La ignorancia, además de una seria irresponsabilidad, es un error de la conciencia, como dice un refrán.
Ustedes, amigas y amigos lectores, no se dejen engañar.
EL TEMPLO DE LA LUZ INTERIOR 