Mercaderes de la fe: las estafas que cometen falsos sanadores espirituales en México

Se promueven en la televisión, radio y en los clasificados de los periódicos como asesores espirituales y relacionan los problemas comunes como el desamor, la crisis económica y de inseguridad, con brujerías y maleficios. Mercaderes de la fe como los Hermanos de la Energía, además de supuestos especialistas del tarot, aseguran que con sólo una llamada telefónica pueden diagnosticar el estado de salud y emocional de quienes recurren a su ayuda. El periódico mexicano Norte Digital monitoreó los programas pagados que ellos mismos producen y transmiten todas las noches por televisión, solicitó un «diagnóstico espiritual» y acudió a dos consultas con uno de estos grupos que se han duplicado en los últimos dos años. Esta es la crónica publicada por dicho periódico.

Un gran negocio

Los Hermanos de la Energía tienen tres sucursales, dos en Juárez y una en El Paso. Del lado mexicano se encuentran ubicados en la avenida Juárez número 293 esquina con María Martínez y en la calle Jilotepec número 8010; la tercera se localiza en el 4514 de la Montana.

En su transmisión del miércoles a la media noche, un supuesto consultor espiritual asegura que es experto es grafología, una pseudociencia que pretende analizar la escritura con el fin de identificar o describir la personalidad de un individuo y el grado de salud o enfermedad física y mental.

Además de recibir llamadas lee algunas cartas que aparentemente le envían fronterizos con algún padecimiento.

«Voy a leer una carta para analizarla por medio de la grafología, es una carta de una madre afligida por los problemas que enfrenta su hija», anuncia.

El texto relata la historia de una mujer que se queja de la suerte de su hija con su marido y luego le explica en cuestión de segundos se trata de un «amarre» y le ordena algo que pareciera que sólo se observa en las películas.

«No le conviene porque es un hombre casado. Busque por favor en el último cajón de la cómoda del cuarto donde duerme su hija, una fotografía de ella clavada con alfileres de cabeza negra. Si usted quiere que se acabe esa maldición háblenos, nosotros le hacemos una consulta inmediatamente para ayudarle», dice el hombre encorbatado mientras aparecen en un cintillo los números telefónicos.

El conductor reitera a los televidentes que los problemas económicos, desempleo e inseguridad están relacionados con «trabajos de gente mala» y que sólo se pueden retirar con un «diagnóstico espiritual» y una «limpia».

Al día siguiente Norte Digital se comunicó a las 10:30 horas vía telefónica. Dos reporteros encubiertos y proporcionando nombres ficticios le presentaron padecimientos que los aquejaban desde hace tiempo y la medicina no les habría encontrado una solución. El primero de ellos por un insomnio muy extraño que no se quitaba con medicamento y el segundo por dolores atípicos en la cabeza y el estómago.

La siguiente es la grabación telefónica del primer caso:

-Buenos días.
-Buen día. ¿Quién habla?
-Jorge Sánchez.
-¿Qué es lo que busca?
-Desde hace tiempo me duele mucho la cabeza y no se ha quitado con medicamentos.
-¿Cómo se enteró de nosotros?
-Por la televisión.
-Pregúntele lo que usted quiera al tarot.
-¿Qué es lo que sucede que no se me quita el dolor de cabeza?
-Lo suyo es un maleficio, dígame cuándo puede venir lo más antes posible para ayudarlo.
-A las once y media.
-Aquí lo espero. ¿Sabe dónde estamos ubicados?
-Sí.
-Muy fácil, en la Jilotepec entre la calle Pitaya y Limón. Es una casa de dos pisos con un anuncio del tarot.
-Traígase tres limones envueltos en papel aluminio.
-Llego a las once y media.
-Aquí lo espero señor.

Los primeros en llegar fueron la reportera que llevaba los tres limones envueltos en papel aluminio y un fotógrafo que se hizo pasar como su esposo. Fueron recibidos por un hombre de complexión robusta en el exterior de una vivienda de dos pisos que le preguntó si era ella la que le había marcado media hora antes.

En el exterior se apreció ropa nueva que tenían colgada en la rejas para su venta. En el interior de la cochera una camioneta de color blanco y varias pacas de vestidos aparentemente listas para comercializarse.

Dentro de la vivienda utilizada como local comercial se observó en una vitrina una serie de productos y tratamientos contra la obesidad y energéticos para personas que practican deportes.

-Deme los 200 pesos -dijo el hombre detrás del mostrador mientras apuntaba en un cuaderno de raya su nombre y la fecha de nacimiento.

Luego de que le autorizara el ingreso de su esposo a la consulta ambos siguieron al ‘consultor espiritual’ a un cuarto que tenía un escritorio y en las paredes algunas imágenes religiosas como la Virgen de Guadalupe y San Judas Tadeo, además de esfinges africanas, indias y budistas. Todo lo anterior envuelto en un aroma a incienso.

La siguiente es la grabación de la consulta:

-¿Qué le pasa?
-Me duele el estómago
-¿Los doctores qué le dicen?
-Nada, no me encuentran nada. Ya me han hecho estudios y yo me siento igual, también me duele mucho la cabeza.
-Vamos a ver qué mal trae. Aquí le vamos a ayudar, tome los limones envueltos en aluminio y repita en voz alta todo lo que le digo.

Entre rezos y plegarias «Óscar» pide que el mal se manifieste de manera física aduciendo que si es un mal de magia negra se manifieste mediante el calor y si es de magia blanca se manifieste como frío.

Después del ritual de unos tres minutos el hombre comenzó a interrogar acerca de las creencias de la reportera mientras maniobra algo entre sus manos por debajo del escritorio; toma los limones envueltos en el aluminio y los frota entre sus manos y enseguida se los regresó a la reportera a la que pidió rezar diez Padres Nuestros apretando los limones mientras se levanta apresurado a lavarse las manos en el baño del fondo de la recámara habilitada como oficina.

Al sexto Padre Nuestro la reportera sintió que el papel aluminio le quemaba las manos.

-¿Qué pasa? -preguntó el charlatán.
-Me está quemando.

Una sustancia de color blanca y gris envolvió las palmas de sus manos.

-Tira los limones -ordena el «hermano de la energía», al tiempo que señala un bote de basura al lado del escritorio.

El fotógrafo intentó levantar de la basura los limones pero se lo impidieron porque era «una magia negra que tiene a su esposa muy amolada y que va a ser difícil la sanación».

Después le dijo que había dos opciones para curarse, una lenta y otra rápida. La primera con un costo de 3 mil pesos y la segunda en 5 mil pesos pero que era decisión de ella cuánto tiempo quería durar enferma. (Nota del Templo.- Al cambio, un peso mexicano equivale a 40 pesos chilenos, aproximadamente).

La reportera le preguntó acerca de cuántas sesiones duraría el tratamiento y qué utilizaría pero se negó a contestar «hasta tener el dinero en sus manos».

Evidentemente el charlatán utilizó algún elemento químico que hiciera reacción con el aluminio mientras tenía en sus manos el encargo que había hecho por teléfono.

Al finalizar la sesión ingresó el reportero con el que se repitió todo el procedimiento, desde el cobro por adelantado hasta el ofrecimiento de curarlo por 5 mil pesos. En sólo veinte minutos «Óscar» se hizo de 400 pesos.

Demasiado charlatanes

De acuerdo a un brujo de Catemaco entrevistado el viernes por la tarde de cada cien anuncios que aparecen en la televisión, radio, medios impresos e Internet, el 95 por ciento son producto de charlatanes.

«Lo que utilizó la persona con los limones y el aluminio, es un truco viejísimo y es un gran engaño», indicó.

Este tipo de grupos como los Hermanos de la Energía son similares a los Hermanos Abraham que se publicitan en la televisión y se extienden por varias ciudades, principalmente Guadalajara y la Ciudad de México donde timan a miles de personas.

«Por eso se pueden anunciar en los medios, porque son estafadores y para nada tienen que ver con brujería», aseguro vía telefónica.

El brujo «Danoc» del que se reserva su verdadera identidad, tiene entre sus pacientes lo mismo a diputados, senadores y empresarios, que a gente humilde.

«Desgraciadamente esas personas se valen de la fe de las personas, pero la única forma de probar que es un verdadero acto de brujería es que la persona lo sienta, no hay otra forma» la brujería se siente y no tiene nada que ver con limones ni aluminio», agregó.

Dentro de sus experiencias resaltan las personas que antes de llegar con él, pagaron varias «consultas» que van de los 5 a los 30 mil pesos.

«Tiene que haber un conjuro, no se puede diagnosticar por teléfono, eso es imposible, tiene que haber todo un procedimiento, no todos los que se anuncian como expertos en energía o brujería dicen la verdad, son charlatanes «, finalizó el brujo de Catemaco.

Fuente: nortedigital.mx

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