
En muchas ocasiones, los espíritus de los muertos permanecen entre nosotros y nos influencian, motivan y hasta nos dirigen. La fe, la confianza en Dios y una fuerte coraza espiritual, nos mantienen libres de prácticamente todas las influencias negativas. Pero es necesario conocer lo más posible del mundo espiritual, para saber siempre a qué atenernos.
Muchas veces, las personas tienen dificultades para mantener la estabilidad emocional. Varían mucho, de la tristeza a la alegría, de la depresión a la euforia, del buen ánimo al desaliento.
No siempre esas emociones están asociadas al día a día. La diversificación de estados emocionales, en muchas ocasiones está asociada a la naturaleza de los espíritus que se aproximan a nosotros, y tiene relación directa con las influencias que sufrimos por parte del mundo espiritual.
Hablamos de las almas de los muertos. De entidades que un día fueron hombres, mujeres o niños, y que pasaron a ser desencarnados, a estar liberados de la materia, pero que siguen presos y sujetos al interés humano, atados todavía a este mundo material por distintas razones.
Permanecen entre nosotros y nos influencian, motivan y hasta nos dirigen. Escribe Allan Kardec que esa influencia es a veces tan intensa, que no es raro que sean los espíritus los que dirijan en buena parte nuestros comportamientos, actitudes o forma de pensar.
Las motivaciones de esos espíritus desencarnados atienden a su propia condición. Los hay que están perplejos, asombrados e incluso asustados en su nueva condición y quieren ayuda, o piden oraciones, o no saben siquiera que ya no tienen cuerpo físico, porque fallecieron en circunstancias trágicas o de manera súbita e inesperada (un accidente de tráfico, un infarto, una balacera… por citar solamente algunos ejemplos).
Hay espíritus malévolos que se divierten en atenazar, amedrentar, asustar a los encarnados; los hay que ejercen venganza; los que han sido enviados por los poderes de la magia negra, por un brujo negro que ha recibido el encargo de otra persona, para hacer daño a un ser vivo o a una familia entera…
También hay espíritus que se vinculan a los vicios y desean y buscan poseernos y lograr que seamos sus intermediarios, para seguir satisfaciendo tales vicios, los que tenían en vida (drogas, alcohol, tabaco, sexo…), pues ya no pueden disponer de su propio cuerpo; o los que son auténticos vampiros energéticos…
Las influencias de los espíritus en nosotros los seres humanos, que habitamos en este plano terrenal, son muy variadas y las motivaciones muy distintas.
El estudio y conocimiento del mundo espiritual es una temática fascinante, en la que llevo inmerso muchos años.