
Cuando morimos, nuestras almas deben trascender hacia el siguiente plano de existencia, para poder seguir su evolución espiritual. Pero algunos espíritus no pueden continuar este proceso, y por ello no pueden tampoco descansar en paz.
Nuestras creencias juegan un papel importante no solo en los aspectos de nuestra vida, sino también después de la muerte. Así por ejemplo, si la persona fallecida era muy religiosa, es posible que su alma crea que ha cometido muchos pecados imperdonables y por ello no es digna de pasar al otro plano. O bien, si era materialista y amaba más sus bienes que a su propia familia o su vida, seguirá atada a sus pertenencias, ya sea una casa, un espacio o una persona.
Otros tipos de espíritus que no pueden descansar en paz son los de aquellos difuntos que en vida no fueron buenos, cometieron crímenes, eran mentirosos, o crearon problemas por donde iban y simplemente se rehúsan a partir.
Asimismo, existen ciertos espíritus que en vida amaban cometer actos delictivos y su atracción por ellos es tan grande que después de su muerte necesitan seguir cometiéndolos y por eso, se atan al aura de personas vivas.
También hay espíritus que no desean irse hasta que su pareja, hijos, padres, abuelos pasen al otro plano para irse juntos, pues creen que al “cruzar” ya no volverán a ver a sus familiares.
Hay personas que después de morir, al dejar su cuerpo, sienten que siguen con vida, pero realmente se hallan en otro plano, donde su alma vibra en otra frecuencia que la hace invisible para nosotros. Algunas pueden ver sus cuerpos sin vida o se proyectan directamente al último lugar donde estuvieron, su hogar, su trabajo o junto a las personas que aman.
¿Cómo identificar un espíritu que no descansa en paz?
1. Habitualmente, no se les pueden ver los pies cuando se manifiestan. Quienes ya han trascendido, su figura aparece completa.
2. Si muestra o evidencia sus heridas físicas debido al accidente trágico que sufrió antes de morir, sin importar si ocurrió muchos años atrás.
3. Si se le puede ver con dolor, pena, confusión, incertidumbre o pidiendo ayuda. Esto quiere decir que su dolor físico todavía está impregnado en su alma.
4. Cuando los puedes ver y sientes dolor y una vibración negativa al momento de su manifestación.
Por su parte, aquellos que han encontrado la luz y regresan para manifestarse, se les ve radiantes y emanando energías positivas. Incluso si tenían heridas, o dolor o sufrimiento antes de partir, para ellos todo eso ya no existe.