


En uno de los rituales de descarga y limpieza que realizamos, una de las velas negras utilizadas por Aguamarine reveló con toda claridad cuál era el tipo de mal o daño que le estaban haciendo a la persona consultante.
Si se fijan en las imágenes, la vela al consumirse adoptó un llamativo color rosado y formó claramente la imagen de una pareja haciendo el amor.
A esa persona le habían realizado un amarre sexual, que las velas no solamente pusieron en evidencia sino que además, al consumirse, también lo quemaron, anularon y destruyeron.