Se denomina parásitos astrales a seres capaces de vampirizar la energía de los humanos, nutriéndose específicamente de emociones y sentimientos negativos, como la ira, el odio, el resentimiento, la sensación de frustración o el miedo.
Estas larvas astrales succionan la energía vital de los humanos en cualquier momento, pero preferentemente durante el sueño. De hecho algunos han podido despertar observando sombras humanoides a los pies de la cama o formas de arácnidos en las paredes cercanas.
Además del cansancio y desinterés que genera esta parasitosis energética podría también provocar enfermedades físicas, puesto que debilita todos los aspectos de la persona, y van desde adicciones, dolores osteomusculares, trastornos visuales a enfermedades degenerativas o cánceres,
Investigadores paranormales los asocian a líneas telúricas o franjas energéticas que pueden estar atravesando el hogar o el dormitorio del afectado, tal como los árboles crecen deformes cuando hay un vórtice de estancamiento de energía donde se han desarrollado sus raíces.
Consideran que esto es un punto facilitador para que seres, quizá intergalácticos o de otra dimensión, entren a ésta por su alimento. Carecerían de cuerpo físico por lo que la manera de nutrirse es intangible. Son entidades mentales, inteligentes y se asemejan a enormes babosas que pueden adoptar formas de serpientes, arañas o humanos deformes. Se adhieren al aura y clavan sus garras en los chacras del ser que escogen para alimentarse.