La catalepsia de Rosario Zuazagoítia y otros casos de enterrados vivos en el Cementerio General

Rosario Zuazagoitía fue la primera esposa de Mariano Egaña, uno de los redactores de la Constitución de 1833. Su muerte sigue siendo un misterio, aunque muchos creen que se trató del primer caso conocido de catalepsia.

Una pesadilla que se repite en el mundo, es ser enterrado vivo. Y para el horror de muchos, esto es más frecuente de lo que se cree. De hecho, la dama de la alta sociedad chilena, Rosario Zuazagoitía, habría sido una de ellas y su cuerpo sigue en el Cementerio general de Santiago.

La historia de Rosario es una de las leyendas más conocidas del camposanto, precisamente porque se cree que fue enterrada aún con vida.

Retrato de Mariano Egaña y su esposa Rosario Zuazagoitía

La mujer era integrante de una reconocida familia de Santiago, pero es recordada por contraer matrimonio con Mariano Egaña, uno de los principales redactores de la Constitución chilena de 1833.

Mariano y Rosario tenían un matrimonio feliz. Juntos tuvieron una hija, a la que llamaron Margarita. Sin embargo, su historia llegaría a su fin antes de lo que esperaban.

Una noche Rosario comenzó a sentirse mal y al día siguiente fue encontrada sin vida, lo que devastó a su familia, que comenzó a preparar sus funerales de inmediato.

De acuerdo al relato de Abel Rosales, un intelectual chileno del siglo XIX, la hermana de Rosario, Carmen, ató las manos de la mujer con un pañuelo, en forma de cruz, tal como se hacía en ese tiempo.

La vida siguió sin Rosario y al poco tiempo Carmen se casó con Egaña. Tras una vida con él, la mujer murió y su familia decidió enterrarla junto a su hermana.

Panteones del Cementerio General

Jamás pensaron encontrar lo que vieron. Cuando intentaron reducir el cuerpo de Rosario para hacer espacio para Carmen, el “pañuelo (de sus muñecas) se encontró desatado”, relató la doctora en literatura Carolina Carvajal, en un artículo para la revista Scielo.

La leyenda cuenta que el cuerpo de Rosario también estaba de costado, una posición diferente con la que fue enterrada. Sus dedos tenían fracturas y se dice que incluso se hallaron pedazos de uñas incrustados en el ataúd por dentro.

En sus escritos, Rosales explica que jamás se supo la causa de muerte de Rosario y nunca se descubrió si se trató de un error médico que dio por muerta a la mujer; un caso de catalepsia o un homicidio.


El legado del misterio de Rosario

Tras lo ocurrido con Rosario, la población quedó tan asustada que incluso comenzaron a pedir que dentro de los ataúdes pusieran un lazo con una campana que pudiera hacerse sonar en caso de enterrar a alguien vivo.

Asimismo, también comenzaron a demorarse más días en realizar los entierros, extendiendo los velorios, que les daba más tiempo para asegurarse que realmente sus familiares estuvieran muertos.

Fuente: biobio.cl

Otros casos extraños

El siguiente texto está sacado de la obra «Historia i tradiciones del Cementerio Jeneral de Santiago»,
de J. Abel Rosales, publicada en 1890.

Un hecho grave vino ocurriendo con extraña frecuencia en el cementerio, cual era el enterramiento de personas que se creian muertas, cuando en realidad eran enfermos que sufrian en ciertos casos de muerte aparente.

El joven presunto muerto

El 20 de diciembre de 1837 se preparaba para decir misa el capellan del cementerio presbítero don Manuel Nuñez, cuando llegan hácia él algunos peones gritando que se estaba moviendo la tierra de una sepultura en la cual habian enterrado en la mañana algunos cadáveres enviados del hospital de San Juan de Dios. Se reunió un grupo de personas que fueron a descubrir aquel misterio i, desenterrada la fosa, se sacaron todos los cuerpos, entre los cuales habia uno con señales de vida.

Era este presunto muerto un jóven decente, a quien se le dieron todos los auxilios del caso para arrebatarlo de la muerte, pero el infeliz vivió apenas unos cuantos minutos, alcanzando a tomar un poco de caldo. Constatada la verdadera muerte, fué de nuevo enterrado con los demas, sin que se supiera si aquello envolvia algun crímen misterioso.

El canónigo resucitado

Mas o menos en aquella época, probablemente ántes, ocurrió la resurreccion de un canónigo llevado, como el anterior, en calidad de muerto. El canónigo fué dejado en un nicho en el cual se efectuaban algunos trabajos, Horas despues de terminadas las ceremonias del entierro i cuando el trabajador iba a continuar su tarea, sintió que el ataud del canónigo se movia formando un ruido que hizo correr de miedo a aquél.

Dada la voz de alarma a los empleados del cementerio, sin dilacion se dispuso el reconocimiento del ataud i, cerciorados los circunstantes de que el finado se movia dentro, hicieron saltar la tapa del cajon, sacaron al canónigo, i, administrándole prontos medicamentos, lo volvieron a la vida. Poco despues sanó por completo i continuó cantando misa con tanta o mejor voz que antes, hasta muchos años despues, es decir, hasta que se murió de veras.

I ya que trato de este punto, haré mencion del caso que se cuenta de la señora doña Rosario Zuazagoitía, esposa de don Mariano Egaña, la cual murió el año 1832. Su hermana doña Cármen, al enterrarla, le ató las manos con un pañuelo, el cual se encontró desatado tiempo despues, al ir a depositar los restos de doña Rosario en el osario de la familia. ¿Se habia desatado la finada estando viva i pugnando por romper las ligaduras i el cajon dentro del cual yacia?

Ese es el misterio. Entre tanto ¡cuantos se van al otro mundo por un descuido, por una imprevision o por un egoismo estúpido i criminal…! ¡Cuantas veces no se han mandado de los hospitales cargamentos humanos, entre los cuales se han encontrado vivos hechados al carreton por equivocacion o torpeza!

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s