
Todos quienes estamos en el bando del Bien, en el lado de la Luz, enfrentamos luchas espirituales casi a diario. Y casi a diario debemos combatir las insidias, las trampas y las tentaciones del Maligno.
Uno de los trucos principales de Satanás, el Enemigo, es conseguir que la persona engañada no se dé cuenta de la profundidad de los hechos y acontecimientos que suceden en su vida.
A menudo la gente asume que la lucha que se enfrentan es sólo una batalla física, que hay un problema personal con su vida, su trabajo, sus relaciones, etcétera.
Pero bajo esa apariencia superficial o material, está ocurriendo algo mucho más complejo. La realidad es que muchas personas están bajo un ataque espiritual.
¿Y qué es un ataque espiritual? Es una serie de eventos que le ocurren a una persona, coordinados por el lado oscuro.
San Pablo nos recuerda: “Que Satanás no saque ventaja de nosotros, ya que conocemos bien sus intenciones” (2 Corintios 2:11).
El diablo tiene varias estratagemas que constantemente utiliza contra los seres humanos. Sabe cómo tentarnos.
Sus secuaces, los demonios, son maestros en apretar los botones adecuados en el momento adecuado. No debemos ignorar las estrategias del enemigo.
No podemos vivir nuestras vidas con nuestros ojos espirituales cerrados. ®-TLI-J.R.