Revelaciones espirituales sobre el Infierno y el Purgatorio

REVELACIONES SOBRE EL INFIERNO Y EL PURGATORIO

Esto son algunos breves retazos de lo que por gracia de Dios me ha sido dado saber y contemplar en espíritu. Es un testimonio que ahora tengo permiso para divulgar y compartir.

El Infierno, que yo llamo también Allá Abajo, es un lugar del cual es muy difícil salir. Está destinado a quienes no quieren o se niegan a conocer el amor de Dios. Sólo en algunas ocasiones, a las almas condenadas o que se encuentran allí por algún error, la misericordia del Padre Infinito les concede la dicha de que el arcángel Azrael acuda en su ayuda para rescatarlas.

Quienes están ahí sienten odio permanente, hacia todo, hacia todos y también hacia ellos mismos. No podemos decir que esas almas sean las de personas normales, porque ya no lo son. Han perdido todos sus buenos sentimientos, amor, compasión, bondad… ya no tienen nada de eso. En su odio, se asemejan más a los demonios y espíritus malignos.

Muchos de los fallecidos, en su tránsito hacia el Cielo o hacia el Infierno, pasan primero por un estado intermedio de limpieza, purificación, arrepentimiento, purga de sus pecados o de sus malas acciones. Por eso ese lugar intermedio es conocido como Purgatorio.

Según la forma o manera en que una persona haya vivido en la Tierra, así será su Purgatorio. Allí están todas las almas que no han entrado todavía en el Cielo o para las cuales Dios no ha decidido todavía su destino final.

En dicho lugar hay distintos niveles. El último se halla cerca del Cielo. El primero, el más bajo y también el más oscuro, se encuentra muy cerca del Infierno.

En ese lugar inferior, las almas que todavía no han caído Allá Abajo y para las cuales todavía hay una oportunidad de salvación, se encuentran en una oscuridad total y absoluta.

Todas las almas del Purgatorio, tanto las del nivel más alto como las del nivel más bajo, están continuamente suplicando, deseando y esperando recibir oraciones, porque a través de las oraciones de sus deudos es como puede fluir y llegar hasta ellas la Luz.

Todas las almas del Purgatorio piden y claman ayuda, intercesión, oración, para que su estancia en ese lugar sea lo más breve posible.

Esas almas tienen que purificarse, arrepentirse y aceptar el amor y la misericordia de Dios, antes de poder continuar su tránsito y su camino de evolución espiritual.

El tiempo de las almas y de los espíritus en general, dado que ya no tienen cuerpo físico, es muy distinto al de nosotros los vivos.

Nosotros medimos el tiempo de una manera artificial, en minutos, horas, días, semanas o años. Para ellos, al contrario, el tiempo transcurre de una manera que es muy difícil de explicar en palabras. Su tiempo cambia según cambia su estado espiritual.

Algunas de las almas del Purgatorio han sido premiadas por Dios de una manera especial. Debido a la sinceridad y al auténtico arrepentimiento que han demostrado, la misericordia divina les ha concedido no sólo acercarse más al Cielo, mientras termina su proceso de purificación y limpieza, sino que además han sido elegidas para orar por todos nosotros, aquí en la Tierra.

En efecto, así como las almas del Purgatorio, todas ellas, necesitan y agradecen nuestras oraciones, también hay un grupo de ellas que se dedican a orar y pedir por nosotros.

A éstas las llamamos Almas Benditas, o Santas Almas; a las que podemos pedir que intercedan por nosotros en cualquier momento de necesidad o tribulación que tengamos.

Les podemos pedir ante una crisis de fe, o por necesidad de una fe más fuerte, por una mejor salud o bienestar, tanto para nosotros como -y esto tiene incluso más mérito- para nuestros seres queridos.

©J.R. Todos los derechos reservados.

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