Virgen María, tú que algún día fuiste madre en la Tierra,
Que conoces al ser humano,
Y que amando tanto fuiste capaz de acogernos como tuyos.
Apiádate de mi sufrimiento y de quienes hoy padecemos por la ausencia de nuestro ser querido. Mi hijo que en un día se fue sin regreso alguno, de quien se siente hoy más que nunca un vacío, del que se sabe pocas noticias,y por quien hoy arrodillados pedimos por su regreso.
Te pedimos arrodillados a ti, por su vida, su felicidad y crecimiento personal. Líbralo Virgencita de todo mal y peligro y no abandones sus pasos jamás.
Si es tu voluntad, Virgen María, abre su corazón y entendimiento, para que pronto regrese a casa. A este su hogar del que nunca debió de salir. Al seno de su familia que le amamos,y que esperamos apoyarle para que no desvíe su camino hacia la salvación y su bienestar.
Madrecita querida, lleva a mi hijo de tu mano y tráelo pronto a mi pecho. AMÉN.