
El aceite expresa actividad espiritual intensa y fuerte. En los Hechos de los Apóstoles) vemos que los primeros cristianos utilizaban ya el aceite bendito, para curar a alguien de sus heridas o enfermedades. (Santiago 5, 13-15).
El término aceite es sinónimo de «óleo» (que viene de la palabra latina «oleum»). Esta palabra se utiliza solamente en los sacramentos de la Iglesia Católica y en la pintura (para pintar óleos mezclan la pintura con aceite de oliva). El aceite de oliva y el olivo forman parte de la simbología y la mitología. El aceite de oliva se ha usado para ungir reyes, papas, santos, y a muchos cristianos (les signaban con aceite de oliva sagrado y revelaban la condición de su dignidad, o recibían algún sacramento). También tiene propiedades medicinales, ya que contiene ácido oleico, que es anti-canceroso. El aceite representa la salud y la satisfacción por su poder de sanar, purgar el agua y expulsar malos espíritus.
El padre Amorth explica en sus obras que «es bueno para la salud del alma y del cuerpo; recordamos aquí el antiguo uso de ungir con aceite las heridas y la facultad dada por Jesús a los apóstoles de curar a los enfermos con la imposición de las manos y ungiéndolos con aceite”. Y agrega que el aceite exorcizado posee, además, una propiedad que es específica: separar del cuerpo las adversidades. ¿Qué significa esto? Que, en sus palabra, cuando una persona ha sufrido algún hechizo ingiriendo algo, el aceite exorcizado ayuda mucho a desprenderlo y liberar el
cuerpo de estas impurezas.
En el Templo de la Luz Interior utilizamos el aceite bendecido y exorcizado (óleo consagrado) especialmente para esta última finalidad: la liberación espiritual y el exorcismo. Así como para impartir bendiciones especiales o santiguado de niños.