Científicos italianos aseguran haber reproducido por primera vez y con todos sus detalles la Sábana Santa (Santo Sudario), la tela que los católicos aseguran envolvió a Cristo durante la resurrección, para demostrar que es falsa.
El experimento fue realizado por Luigi Garlaschelli, químico de la Universidad de Pavia (al norte de Italia), y financiado por diversas instituciones como, por ejemplo, la Unión Ateos Agnósticos Racionalistas (UAAR). Los resultados serán presentados durante un congreso del Comité Italiano para el Control de las Afirmaciones sobre el Paranormal (CICAP), informó Reuters.
En dicho seminario Garlaschelli impartirá la ponencia «La Sábana Santa se puede reproducir: miren cómo» y develará la reproducción de la tela en tamaño natural, es decir, de unos 4.40 por 1.10 metros.
«La Sábana Santa de Turín fue dada a conocer sólo después de 1357 y apenas apareció en Francia fue violentamente hostilizada por el obispo local que la consideraba una falsedad», sostuvo el químico a través de un comunicado. Recordó que, de acuerdo a un documento de 1389, también se había descubierto al artista que la había producido «en modo ingenioso», pero nunca se dio a conocer el nombre de esta persona ni el método utilizado.
Garlaschelli hizo referencia además a un polémico episodio: la datación con el método del carbono 14 realizada en 1988 por un grupo de científicos, que estableció en torno al año 1300 la antigüedad de la reliquia. «No obstante muchas personas aún sostienen que es la tela que envolvió el cuerpo de Cristo tras la crucifixión y que la imagen posee características inexplicables e irreproducibles con medios humanos», apuntó.
«Mi investigación -agregó- tenía el objetivo de verificar si un artista pudo haberla obtenido con métodos disponibles en el año 1300. El resultado indica claramente que se podía alcanzar con el uso de materiales poco costosos y siguiendo un procedimiento bastante simple», dijo.
Conocida como el Sudario de Turín, Sindone o Santo Sudario se trata de una tela de lino que muestra una imagen en negativo de un hombre con las marcas propias de una crucifixión y con un rostro similar al de Jesús.
Aunque la Iglesia Católica no se ha pronunciado definitivamente sobre su autenticidad, el Vaticano la resguarda como una reliquia de gran valor religioso en una cámara refrigerada ubicada en la Catedral de San Juan Bautista de Turín, al norte de Italia.
En 1998, el Papa Juan Pablo II declaró: «Puesto que no es cuestión de fe, la Iglesia no debe interceder en estas lides. A los científicos corresponde la tarea de continuar investigando, para alcanzar respuestas adecuadas a las preguntas unidas a este sudario». Igualmente, el extinto pontífice la consideraba como un signo del sufrimiento de Cristo antes de su muerte, tanto que en 1998 y 2000 ordenó su exhibición pública, ya que normalmente los fieles no pueden admirarla.
El papa Benedicto XVI aprobó una nueva exposición pública de la Sindone durante la primavera europea de 2010 y aseguró que «si el Señor me da vida y salud, espero ir yo también» a visitarla.
La famosa reliquia muestra la imagen de un hombre con barba crucificado y con lo que podrían ser hilillos de sangre manando de las heridas en sus muñecas y pies. Garlaschelli, docente de química orgánica de la Universidad de Pavía, reprodujo una copia de la reliquia utilizando técnicas y materiales disponibles en el año 1300.
Según relata el corresponsal de BBC Jason Caffrey, el equipo de Garlaschelli reprodujo la imagen usando ocre rojo y envejeciendo después el pigmento al calentar el lino en un horno.
La copia del sudario fue creada en una semana, aunque el experimento precisó de meses de trabajo en el laboratorio. «Hemos demostrado que pudo haber sido creado utilizado materiales y procedimientos disponibles en la época», dijo Garlaschelli, que agregó que es probable que la imagen del manto sea obra de un artista medieval.
La manta de lino que supuestamente cubrió a Jesús ha estado rodeada de misterio desde que fue hallada en Francia en el año 1357. La preciada sábana pasó por diversas pruebas, dos de ellas con el carbono catorce (en 1979 y en 1988) que sugirieron que la tela era del siglo XI o XII. Sin embargo, las dudas sobre la manera en que el lino había quedado impreso no habían logrado despejarse.
Aunque el responsable del estudio afirma que su experimento es la prueba de que el Santo Sudario es una falsificación medieval, se declara preparado para que sus hallazgos sean rechazados por los creyentes. «Si no quieren creer en las pruebas con carbono catorce realizadas por algunos de los mejores laboratorios del mundo, seguramente no van a creerme a mí», dijo Garlaschelli.