Hace un año y medio la pequeña Lizette (12) comenzó a ver personas y animales fantasmas que se aparecían en su pieza. Su mamá recién le creyó cuando vio pasar a tres mujeres seguidas de la misma cantidad de hombres y una pantera. Todos de negro.
Doris estaba intrigada. «Escuchaba pasos» y al mismo tiempo notaba la extraña presencia de «seres de otras dimensiones que me movían las tazas y prendían la luz apenas yo la había apagado», contó la mamá.
Los fenómenos afectan a una familia que habita un humilde departamento del primer piso de un block de la población Vecinal Sur, de El Bosque. La señora perdió su pega de aseadora por culpa de la crisis de la niña, y ruega por ayuda. Cree que desde mediados de febrero su hija fue «poseída por el demonio».
El primer episodio sucedió hace tres semanas, a las doce de la noche, y se repitió durante 15 días seguidos. Los ruidos que emitía la chiquilla molestaron a su mamá: «Ya está leseando esta cabra», dijo Doris esa vez, y fue a ver qué onda.
«Tenía la carita desfigurada, hablaba en lenguas con voz de hombre, tenía la fuerza de tres personas, botaba espuma por la boca, me dijo que yo no era su madre y que nos iba a matar a todos», recordó la mujer.
«Aunque sea feo decirlo, lo que pasó era muy parecido a la película El Exorcista, y mi hija necesita un exorcismo», dijo la mamá, quien cree que un familiar cercano les hizo brujería.
El obrero Claudio Cordero y sus otros dos hijos también han estado presentes en las crisis de Lizette. El padre de la niña contó que varias veces han debido sujetarla para que no levite, y recordó que «aunque cueste creerlo» con la ayuda de su cuñado les fue muy difícil reducir a la poseída «que tiene una fuerza descomunal».
Carabineros corroboran lo sucedido. Desde octubre del año pasado, respondiendo al llamado de auxilio al 133, han asistido a cuatro crisis de la niña y entre cinco funcionarios han tenido problemas para sujetarla. También escucharon como el supuesto ser que la domina dijo con voz gutural: «No me voy hasta que cumpla mi objetivo. No me iré hasta que me lleve las tres almas conmigo», en alusión a la madre, la niña y un hermano.
La peque fue llevada al Hospital El Pino, donde un sicólogo la encontró bien, y días después un siquiatra se declaró incompetente para un caso que consideró «paranormal».
Un par de sacerdotes de la parroquia Santo Domingo, de la comuna de San Ramón, oró junto a la niña y fue testigo de la furia que domina su cuerpo.
Según la madre, quien más ha ayudado a Lizette es el pastor Alejandro Riveros de la iglesia evangélica Libertad a Los Caídos y Carabineros.
El religioso ya le ha realizado varias sesiones espirituales que tuvieron un éxito relativo, porque durante cuatro días los ataques desaparecieron hasta el pasado viernes y sábado, cuando volvieron, y con más fuerza. Le dijo a Doris: «Tú no eres mi madre, ustedes van a morir, yo soy Belcebú».
A pesar del panorama que tendría con la moral por el suelo a cualquiera, los papás de Lizette no tienen miedo. «Nosotros somos creyentes y sabemos que Dios es más fuerte y poderoso que el mal, por eso vencerá al demonio», manifestó Claudio.
La niña luce cansada, pero tranquila. Es flaquita y al ver su lindo rostro cuesta creer que los gritos y convulsiones que sus familiares han grabado con un celular, sean de ella.
Lizette saluda con un tierno beso en la mejilla y está dispuesta a contar su drama. Dijo que ya no siente miedo, porque «me acostumbré», y que de las supuestas posesiones demoníacas no recuerda nada, pero en el día le duele la garganta por la voz ronca que usa el Diablo.
Quiere que todo termine, pero sigue viendo hombres de negro. Contó que son «flacos, altos y con sombrero». Está aburrida porque ya no la dejan dormir sola en su pieza; ahora toda la familia duerme en el pequeño living-comedor para estar junto a ella cuando su cuerpo deja de pertenecerle.
La chiquilla (que casi no tiene ropa porque se la quemaron para erradicar al maligno) quiere volver a la normalidad y cuando grande le gustaría ser cantante, de lo que sea, menos reggaeton.
Su sueño más cercano es volver a clases. Echa de menos a sus compañeras, pero la situación económica de su familia es tan precaria que ninguno de los tres hermanos tiene útiles escolares, y eso sí que debe tener contento al maldito demonio.
«ELLA TIENE UNA FUERZA SOBRENATURAL»
Según la familia, el único que ha tenido éxito en combatir al demonio ha sido el pastor Alejandro Riveros.
– ¿Qué hizo?
– Lo que hicimos fue orar, reprender, echar fuera de ella a esos seres espirituales que entran por las emociones, por el pecado, por el ocultismo, o entran también a través de la violencia.
– ¿Había visto algo similar?
– Vemos continuamente gente en esa condición.
– ¿Tiene mucha fuerza?
– Una fuerza sobrenatural. Eso lo producen los espíritus.
– Se dice que ha levitado.
– Sí, levita, sí, hemos visto tremendas cosas.
– ¿No le da miedo?
– No, porque mayor (Dios) es el que está en mí.
«PRIMERO DEBEN ESCUCHAR A LA CIENCIA MÉDICA»
El demoniólogo Hugo Zepeda explicó que la posesión demoníaca consiste en que el «diablo, o un conjuntos de éstos, se apodera de la persona penetrando el cuerpo, no el alma. porque eso sólo Dios lo puede hacer, y empiezan a actuar como si fuesen la persona».
Sobre los pasos a seguir por la familia, el sabio cree que primero «deben escuchar a la ciencia médica, a una junta de siquiatras seria que vea el caso», y si se dan por vencidos «corresponde hablar con el Arzobispado para que autorice un exorcismo».
Fuente: La Cuarta
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