Décima y última parte del relato revelado por los Ángeles del descenso de Jesús a los Infiernos
Fragmento de ‘El Testamento Secreto de los Ángeles’ -Angelorum Testamentum Secretum– traducido por nosotros del latín, en el que se narra la décima -y última- parte del relato del descenso de Jesús a los Infiernos (Descensus Christi ad Inferos). Aunque en el texto del antiguo manuscrito no se hace ninguna referencia al autor de este relato, diversos estudiosos lo han atribuído a una revelación del arcángel San Miguel a Nicodemo.
Carta de Pilatos al emperador Tiberio
Poncio Pilatos a Claudio Tiberio César, salud.
Por este escrito mío sabrás que sobre Jerusalén han recaído maravillas tales como jamás se vieran.
Los judíos, por envidia a un profeta suyo, llamado Jesús, lo han condenado y castigado cruelísimamente, a pesar de ser un varón piadoso y sincero, a quien sus discípulos tenían por Dios.
Lo había dado a luz una virgen, y las tradiciones judías habían vaticinado que sería rey de su pueblo.
Devolvía la vista a los ciegos, limpiaba a los leprosos, hacía andar a los paralíticos, expulsaba a los demonios del interior de los posesos, resucitaba a los muertos, imperaba sobre los vientos y sobre las tempestades, caminaba por encima de las ondas del mar, y realizaba tantas y tales maravillas que, aunque el pueblo lo llamaba Hijo de Dios, los príncipes de los judíos, envidiosos de su poder, lo prendieron, me lo entregaron, y, para perderlo, mintieron ante mí, diciéndome que era un mago, que violaba el sábado, y que obraba contra su ley.
Y yo, mal informado y peor aconsejado, les creí, hice azotar a Jesús y lo dejé a su discreción.
Y ellos lo crucificaron, lo sepultaron, y pusieron en su tumba, para custodiarlo, soldados que me pidieron.
Empero, al tercer día resucitó, escapando a la muerte.
Y, al conocer prodigio tamaño, los príncipes de los judíos dieron dinero a los guardias, advirtiéndole: Decid que sus discípulos vinieron al sepulcro, y robaron su cuerpo.
Mas, no bien hubieron recibido el dinero, los guardias no pudieron ocultar mucho tiempo la verdad, y me la revelaron.
Y yo te la transmito, para que abiertamente la conozcas, y para que no ignores que los príncipes de los judíos han mentido.
Aquí termina el relato del descenso de Jesús a los infiernos.
El solo tono que emplea este «poncio pilatos»…. me da repulsa,
talvez existan documento de los tiempos de nuestro señor Jesucristo, que avalen esta epistola pero de que sea verdaderamente escrita por el procurador romano no creo.
y es que el tono que usa para describirlo es de alguien que ha conocido mas que escuchado, de quen esta refiriendo los portentos